MERCEDES SOSA

 

Barcelona, 04 de Octubre de 2009...

Mercedes Sosa se nos ha marchado, no sé si quería hacerlo, creo que sí hubiése querido seguir cantando...No lo sé Mercedes, tampoco quiero intentar hacer eco de tus pensamientos en tu lecho de agonía en ese hospital de Argentina. No tendría ese derecho y menos aún ni te represento, ni represento a nadie. Sólo quiero expresar lo que desde aquí, desde este interior acongojado se siente...

Mercedes, cantadora, cigarra, pequeña y descomunal mujer, recuerdo cuando te conocí, tenía 8 años allí en mi Pereira, en mi Risaralda, en mi Colombia, era un acetato de aquellos que llamábamos LP (long PLay o larga duración). Recuerdo que era un acetato de mi tía Gloria. Evoco ahora el manantial de tu voz fluyendo en los altavoces con el parásito sonido de la aguja en el tocadiscos, ese ronroneo que produce el rozamiento del diamante mientras transcurre por los caminos de eso que llamábamos disco...La poesía de otros en tu voz hecha canto: Si se calla el cantor de Horacio Guaraní, Gracias a la Vida y Alfonsina y el Mar de Violeta Parra, Duerme, duerme negrito y tantas canciones que me aprendí de memoria y marcaron mi camino para entender y decidir en aquel momento que mi ciudad natal era sólo un pedacito hermoso de ese corazón inmarcesible y caótico que es nuestra Latinoamérica...

Recuerdo ahora tus canciones antes, durante y después de las manifestaciones en Pereira, en Bogotá, en Medellín...Recuerdo cuando solicitábamos tu voz en las tabernas, en los bares, en la casa de un camarada o compañero, en la selva, en las fiestas de aquellos y aquellas que nos sentíamos revolucionarios/as y nos tirábamos a la calle a encendernos a pedradas contra los milicos, a llenar de grafittis las paredes o a planear las tomas de buses, los encierros en las iglesias o la toma de la alcaldía...Recuerdo como nos acompañabas sin saberlo en la clandestinidad, mientras soñábamos con una Colombia nueva, con una Latinoamérica libre, con un mundo más pudoroso y menos vergonzoso...

Después todo cambió, nos hicimos grandes, muchas y muchos murieron, mucha sangre rodó también con rabia como consecuencia de nuestra ira, era una guerra y hoy continúa siendo eso, una guerra...

Después, los que quedamos vivos decidimos elegir nuestro camino. No obstante muchas cosas cambiaron, pero no cambiaron nuestros principios, algunos y algunas se quedaron, otros nos fuimos, allende el mar, sin un puto dollar en la billetera pero con los principios bien guardados en la mochila de nuestro corazón. Nos repartimos por el mundo Mercedes pero no perdimos el norte, ése todavía estoy seguro que nos habita y nos acompañará hasta el día en que decidamos marchar hacia la nada...

Mercedes, negra linda, para qué negarlo, hoy estoy roto por tu ausencia, hace poco se marchó Mario, nuestro Benedetti, mañana seguro que marcharán otros y otros y otras como tú, ó sencillamente personas grandes y sencillas que han ido quedando en el anonimato...

ólo quiero expresarte aunque sé que no vas a escucharlo, que aquí continúo, sin perderme, claro en mi camino, honesto en mis principios, que los años no me han hecho débil y que espero que la vejez me haga más fuerte, porque no quiero negociar, ni vender, ni cambiar, ni permutar el espíritu revolucionario que llevo dentro. Por eso desde aquí y desde donde esté seguiré luchando, seguiré estando en contra del desamparo de este mundo, no sé si esto te baste, sencillamente tucumana hermosa quería a mi manera comentarlo...

Que no haya paz en tu tumba cariño, porque tu paz seguramente sólo podrá nutrirse del fragor con que entonemos y cantemos mientras luchemos y vivamos las melodías que nos enseñaste...Un beso inmenso de amor para tí, Mercedes...


De Tucumán al alto Tibet,

Desde Colombia a Buenos Aires,

De Barcelona hasta los pliegues de tu falda

Vengo a ofrecer por ti mi corazón errante...

Gracias a tu vida que me ha dado tanto,

A tu latinoamericano eterno aroma,

A la compañía de la voz con que haces canto,

A tu cigarra, a tu vuelo sencillo de paloma,

A tus ojos benditos de milenaria indígena,

Al bombo que invocaba con tu golpe a la quimera,

A tu sonrisa franca, a tu dermis tan aurígera,

Y a la comunión de tus palabras tan austeras...

 

Gracias Alfonsina vestida en caracolas,

Duerme entre negritos, cuidadora de los campos,

Incansable metáfora, huerto de amapolas,

Hembra siempreviva, caricia ante el quebranto...

Setenta y cuatro veces pronuncio que te quiero,

No te marchas, siento decirte que te quedas,

Que las parcas esperen, que desconocen el anhelo,

Que la barca de Caronte requiera de tus velas...

Recuerdo que hace años me hablaron de una negra,

De una extraña mujer que cantaba con el alma,

Recuerdo que mis ojos hicieron tramontana

Y algo ya no quiso volver a estar en calma...

 

Hay un nudo ahora que me habita y no deshace,

Una extraña sensación de soledad acompañada,

Debe ser tu presencia que revive y que rehace,

 

Debe ser mi América que lagrimea enajenada...

Para qué decirte que te quiero si es pleonasmo?

Sin embargo desde la nostalgia registro que haces falta,

Uno siempre vuelve a los viejos sitios donde amó lo amado,

Uno siempre extraña la huella que marcó el pasado,

Uno lleno de esperanza se agita en la deriva,

Y ahora espero que vengas a cantar pa mis adentros,

Háblame con tus ojos, reseca este tormento,

 

Que no calle el cantor, aquel que llevas dentro,

Que se me quede esa ternura con que tan bien hermanas,

Que por siempre me pernoctes...Entrañable negra tucumana...

 

Todo mi amor para ti Mercedes Sosa...

Barcelona, ciudad Condal para amar a Latinoamérica...

Primeras y fundamentales despedidas en el nuevo milenio...

Por Edison Ospina