EL DIOS SOL

foto: Walter Trujillo

Walter Trujillo, Vulcanus, Berlin.- El sol esta brillando cerca de 4.500 millones de años, quemando hidrógeno de manera estable y lo seguirá haciendo durante los próximos 5 millones de años. El sol ha sido el dios de muchas culturas milenarias, como los egipcios griegos e Incas. El sol ha sido el elemento cósmico más importante para la humanidad, durante toda su evolución y desarrollo.

En África, América y Asia, se ha destruido la naturaleza de una manera acelerada y absurda. No se justifica la explotación del petróleo y minerales, con los efectos secundarios que deja esta explotación. La desaparición de especies animales, plantas, la erosión del planeta, la tala de árboles y finalmente la extinción de la especie humana.
En los últimos quinientos años en el continente americano han desaparecido más de 500 pueblos, con su cultura, su lenguaje y su gente. Actualmente se encuentra amenazada la cuenca amazónica y los bosques tropicales, por un lado por la explotación del petróleo, oro, uranio, etc. y por otro lado por el mono cultivo; como la cosecha de caña de azúcar, café, cacao y palma africana. Muy pocos pueblos han sacado provecho de esta explotación indiscriminada de recursos minerales.

En América del Sur y Central, África, Portugal, España, cada metro cuadrado de radiación solar por año es de 1500 kilovatios hora de energía, la misma se podría transformar en energía útil, como la electricidad. Instalando centrales solares en estos tres continentes se podría abastecer a todo el mundo de energía, mucho mas energía de la que actualmente se consume.

La energía solar es energía limpia, gratuita, inagotable, energía verde. La energía solar podría liberar al mundo de la energía producida por combustibles fósiles. El petróleo, carbón y gas es un tipo de energía contaminante, poco segura y agotable.
De la radiación solar se puede obtener calor y electricidad, se puede generar calefacción domestica, se puede utilizar para la refrigeración, el secado, cocinas, calentamiento de agua, aire acondicionado, para la activación de los regadíos, mover motores para sacar agua de los pozos, etc.

Los paneles solares foto voltaicos son de rendimiento reducido, no producen suficiente calor, aprovechable, sin embrago para el auto abastecimiento, colocándolos en terrazas, son eficientes a pesar de ser muy caros.
Se debería fomentar la utilización de los celulares solares, en zonas ecológicas frágiles, zonas rodeadas de bosques húmedos y tropicales, donde cualquier tipo de explotación produce un desequilibrio ecológico, en zonas rurales, donde la energía es necesaria para la agricultura,

La deuda ecológica que tienen los países desarrollados, con los países del llamado tercer mundo, se debería concretar en acciones concretas como: financiar y subsidiar casas solares a nivel de todos los países, la construcción de estaciones solares a lo largo de los cinco continentes.
Conscientes de que el planeta se ha recalentado en varios grados centígrados en los últimos 200 años, produciendo inundaciones, tornados, incendios, sequías, etc. Se debería estimular la producción de paneles voltaicos, de colectores solares, que almacenen y transformen energía solar en térmica, para que esa energía se la pueda utilizar durante las 24 horas del día.

Es vital e imprescindible el financiamiento y desarrollo de las investigaciones en el campo de la construcción y perfeccionamiento de los aparatos para la captación, acumulación y distribución de la energía solar, se debe crear institutos modernos que ofrezcan carreras técnicas orientadas al estudio de energías alternativas, la formación y capacitación de especialistas y expertos en energía solar.

Con la fabricación a gran escala de paneles solares y colectores térmicos se abaratarían los costos y los precios de los aparatos captadores de energía.

Tenemos que adelantarnos a los europeos y americanos, no debemos permitir que a nosotros nos queden los desechos y la chatarra, como ha pasado con la explotación del petróleo y del gas. El sol ha sido nuestro Dios por siempre, no dejemos que nos arrebaten lo imaginario y quizá el único futuro que tenemos.

Lo mejor que nos puede pasar sería: estar en capacidad de producir energía, en países que tienen sol durante los 365 días del año y vender esa energía limpia a naciones que lo necesitan a precios razonables.

Por Walter Trujillo