CUENTO: "MEMORIAS DE UN SENTENCIADO A NO ViViR" Desde
el fondo oscuro de mi cámara, percibo un olor a vivo, Hago
un recuento de mis días y concluyo, que no existe en mi cuerpo
Aún no conozco lo que significa tristeza, pecado o perdón. Me impulso hacia el futuro y decido llamarme "SENTENCIADO", que será privado de su existencia, por miedo a poblar el mundo o dañar una imagen moral.
A pocos minutos de mi final, el fino metal irrita mi alma, se me congelan los procesos del desarrollo y mis células se sienten vivir al saber que la muerte anuncia. Un olor a culpa se expande por mi cámara, una inocencia injusta, un perdón imposible, un edificio elevándose, comentarios innecesarios;- luchas y palabras inútiles, motivos para reivindicaciones y deudas canceladas. La imposibilidad del "SENTENCIADO", nadie lo escucha, nadie lo escuchará, su culpa no lo entienden, su palabra no les importa. Muero corno un Cristo sin Dios ni creencia; pero el viento galopante me trae el mensaje de los pecados del mundo, invaden mi cámara, me asfixian, me devoran, me impiden, me torturan, me están asesinando. Son asesinos, son criminales sin causa justa, siempre matando al inocente, al indefenso, al ignorante, al ignorado, al olvidado, al nunca nacido, el alma, medio mundo, una parte del Universo, un trozo de Dios. En estos instantes estoy muerto para los vivos y vivo para los muertos, pero seguiré existiendo incrustado en lo vivo y en lo inerte. Quiénes son, los que han utilizado mi tragedia; a nombre de la justicia y a nombre de la humanidad. Acaso el bien, o acaso la verdad! Ahora no existen culpables definidos: culpable es el hierro, el que comentó, el que pensó, el que definió, el que se absuelve de mi realidad, el que se asombra, este mundo corrupto y flotante, el aíre que respiré, la sangre que circulo en mi interior, las paredes que me guardaban, las voces que me hablaban. --- Hazme nacer ahora, o deja que mi ser, mi alma, mi espíritu, broten en otro vientre--- Por: Walter Trujillo |