MUCHO SACRIFICIO DE NUEVOS MIGRANTES POR VIVIR LEGALMENTE EN ESPAÑA

Madrid, Abril, Edwin Pérez Uberhuaga (CEM).- La regularización de miles de bolivianos en España es muy complicada, debido a la gran cantidad de solicitantes, la existencia de falsos "tramitadores" y porque este procedimiento es aprovechado por varios empleadores para explotar mas a los que necesitan de su firma para efectuar los tramites.

Esa es una de las facetas mas duras de la migración "explosiva" de bolivianos a España, de los cuales solo algunos consiguen ingresar a este país cuando demuestran ser invitados o que son "turistas", mientras que otros son devueltos en los mismos aviones en que arribaron.

No hay cifras oficiales, pero se estima que hay casi cien mil compatriotas, la mayoría sin estatuto legal. Se los observa en los "metros", restaurantes tipicos, locutorios o centros de llamada telefonica o de envios de dinero.

Hoy en España se produce el "efecto llamada", es decir, que llegan mas inmigrantes atraídos por la regularización hasta el 7 de mayo próximo y confiados en que el gobierno flexibilizara las actuales normas que, entre otras, señalan que solamente se regularizaran aquellos que han ingresado antes de agosto del año pasado.

Pero aun para aquellos bolivianos que llegaron en los términos señalados, que además se empadronaron y que ahora tienen un contrato de trabajo, no resulta fácil obtener todos los documentos y quedarse a trabajar no solo con legalidad, sino con el pago justo por su labor. La decisión final quedara en manos del Estado español, abrumado por tramites de gente de los cinco continentes.

¿PAGAR PARA TRABAJAR?

En el Consulado de Bolivia varios migrantes informaron a este corresponsal que sus empleadores les exigen que ellos corran con los gastos de su regularización y que, en caso de ser positiva, el pago mensual de la seguridad social les seria descontado de sus salarios, ya de por si muy bajos.

A ello se suma el abuso de otros latinos y los mismos compatriotas que les cobran grandes sumas por alquilarles habitaciones compartidas o por informarles de la existencia de empleos cuya duración es muy incierta.

En el caso de las mujeres la situación se complica porque, en algunos casos, también se les pide servicios sexuales o ser "complacientes" con sus jefes, sin considerar que se trata de madres de familia que emigraron solamente para dar estabilidad económica a su familia.

La Embajadora de Bolivia, Teresa Ossio, dijo que tienen denuncias respecto a que hay redes de traficantes que prostituyen a algunas mujeres, que no pueden hacer denuncias porque los traficantes tienen en su poder a sus niños.

El Director General de Migración de la Comunidad de Madrid, Carlos Clemente, confirmo que se presentan casos de explotación laboral, que son difíciles de detectar porque las víctimas tienen miedo de hacer la denuncia.

Dijo que esa situación se podría detectar con los controles que se harán después del 7 de mayo, no solo para saber si hay contratación de gente sin papeles, sino para detectar si hay casos de esclavismo por parte de empresarios que, precisamente, se aprovechan de la "ilegalidad" de sus obreros para pagarles la cuarta parte de lo que corresponde.

Informo que en Madrid hay una amplia red de orientación a los migrantes, a quienes se trata de brindar servicios en salud y apoyo psicológico para enfrentar las dificultades. Destaco el trabajo de la Asociación de Cooperación Bolivia-España (ACOBE), en el que voluntarios de varios piases cumplen bien esa labor.

Clemente, que en 1992 estuvo en Camargo (Chuquisaca), dijo que la comunidad boliviana tiene muy buena reputación en España, tanto que no aparece en los registros policiales con índices preocupantes de delincuencia y que muchos empleadores tienen muy buena impresión por el esfuerzo que demuestran en su trabajo.

EL VIA CRUCIS

Los bolivianos, al igual que otros migrantes "sin papeles", deben estar empadronados (declarar una vivienda fija) y presentar un certificado de buena conducta en la Policia Boliviana. Al principio el Consulado pedía un "poder" para que un pariente o amigo lograra ese documento en el país.

La gran carga burocrática y la protesta de la gente dio lugar a que se elimine el "poder" y la solicitud se hace de manera directa.

Para obtener el certificado, luego de una gran cola en el banco, se deposita casi 20 dólares para la cuenta 1462 del Tesoro de Bolivia y luego de la investigación a cargo de una comisión llegada desde el país, se extiende el documento a cargo de funcionarios que han multiplicado su esfuerzo para atender miles de solicitudes.

Hubo gente que hasta hace poco se quedaba a dormir en la puerta del Consulado, pero también hubo algunos "avivados" que vendieron sus puestos a los que llegaban en la mañana, mientras que algunos tramitadores pululaban con la idea de facilitar esa tarea a cambio de pocos o muchos euros.

La situación se complico con la llegada de bolivianos que residen en otras ciudades donde no hay consulados bolivianos. Perdieron una jornada de trabajo y a veces sus documentos no salieron en el mismo día. Hubo casos como el de la isla de Palma de Mallorca en los que perdieron sus vuelos de retorno.

Para evitar mas dificultades y antes del plazo final del 7 de mayo, la Embajadora Ossio, en el cargo desde febrero, dispuso el envío de comisiones a otras ciudades. "Quiero hacer notar que nuestra embajada solo tiene tres funcionarios, mientras que la de Colombia tiene 28 y del Ecuador un numero similar", dijo.

PASAPORTES

Otro tramite complicado resulto la obtención de nuevos pasaportes ya que algunos migantes los "perdieron", mientras que otros los traficaron o dieron un mal uso, según fuentes consulares consultadas. En Europa hay muchos peruanos y ecuatorianos con pasaporte boliviano.

Luego de varios meses de demora, el Estado boliviano envió una remesa de pasaportes que, luego de los controles por funcionarios de Migración llegados a Madrid, se entregaron a sus nuevos propietarios.

En la puerta del Consulado, en medio del buen y mal humor de la gente, tampoco faltaron comerciantes que vendieron salteñas, refrescos, yuca con queso y otros que venden discos compactos "piratas". Tambien los migrantes "antiguos" muestran su solidaridad orientandoles sobre como desplazarse en esta ciudad cosmopolita.

Hoy dia la cantidad de compatriotas ya no es tan grande y es menor el numero de empujones y reclamos. Ahora falta convencer al Estado español que los bolivianos realmente son buenas personas, tienen vivienda y trabajo estable y que merecen una oportunidad para olvidar la crónica crisis que agobia al país.

Edwin Pérez U. Es coordinador en Suiza del centro de Estudios en Migraciones (CEM-Suiza)