Una
noche con el Dr. Albert Hofmann
Programa
de la 2 TVE de España" La Noche"
Con el Dr. Albert Hofmann, Antonio Escohotado, Fernando Savater, Luis
Racionero, Mario Satz, André Malbi y presentando Fernando Sánchez
Dragó.
Fernando
Sánchez Dragó: En estos momentos son las 3 de la tarde.
El programa que hoy vamos a ver no se emite en directo como de costumbre,
sino que se grabó el lunes 23 de octubre. En los días inmediatamente
anteriores a esta fecha, la Universidad de Bilbao (Deusto, se supone)
había organizado una serie de actividades culturales en torno a
la figura del escritor alemán Jünger, último representante
vivo de lo que fue la gran literatura europea. Y entre las personas que
acudieron a esa cita, en la capital de Bizkaia, además del propio
Jünger, al que se le confirió el Doctorado Honoris Causa por
la citada Universidad, figuraba el Dr. Albert Hofmann, químico
de profesión y naturalista por afición; lo que se dice un
mito de nuestro tiempo, un hombre de alcance, fama y talla universal,
por muchas cosas, pero sobre todo porque el Dr. Hofmann sintetizó,
allá por los años 30 en los laboratorios Sandoz de Basilea,
la dietilamida del ácido lisérgico, descubrió lo
que hoy conocemos con el nombre de LSD y provocó uno de los mayores
fenómenos -o cataclismos, según se mire- culturales y contraculturales
de la historia universal. No podíamos desaprovechar la oportunidad
de traer al Mundo por Montera a este nuevo Pitágoras, a este octavo
sabio de Grecia, y de aquí que hayamos renunciado otra solución
-no era posible-, a lo que en la jerga Televisiva se llama "el directo".
Albert
Hofmann tiene en estos momentos 84 verdes años entre pecho
y espalda y, como van a comprobar enseguida, está hecho una rosa.
Es suizo, de habla alemana, y en alemán vamos a entendernos con
él gracias a los servicios de traducción simultanea.
Fue Antonio Escohotado, autor de esta "Historia de las Drogas"
en tres volúmenes recién aparecido, tertuliano habitual
en "El Mundo por Montera", quien consiguió traer a Hofmann
a este programa, de modo que es justo que sea también Escohotado
quien nos lo presente, aunque sea por poderes. Tengo aquí una larga
e interesantísima entrevista con Hofmann firmada por Escohotado
y publicado por la revista "El Paseante", y esa entrevista empieza
con lo que ahora, a guisa de presentación de nuestro principal
invitado en el día de hoy, voy a leerles:
"En el otoño de 1977 una muchedumbre llenaba el aula magna
de la Universidad de California en Santa Cruz y sus inmediaciones, con
el rostro pegado a las ventanas o el oído atento a los altavoces
que difundían las ponencias de distintas celebridades en un simposio
internacional. Un hombre de mediana edad aparentemente, sencillo traje
gris y corbata, se abrió paso con dificultad hacia la mesa, donde
distintos micrófonos florecían como ramas de un arbusto
metálico. Cuando las ovaciones se serenaron, el llamado padre de
la era psicodélica desplegó unas cuartillas y empezó
diciendo: temo decepcionarles, quizá esperaban a un guru, en vez
de eso se les presenta un químico". Y en efecto... el químico,
ha acabado sugiriendo, éste químico, un concepto del mundo,
la metáfora del transmisor-receptor, seguramente hablaremos de
ella en el curso del programa, que pronto aparecerá en castellano
en forma de libro.
Hofmann nació en el cantón Suizo de Argau?(Argovia) en 1906
en el seno de una familia humilde que quedó desamparada por la
muerte prematura del padre. Paso su adolescencia en el banco de taller
de una fábrica como primogénito responsable de los suyos,
pero le fascinaba la investigación científica y cursó
simultáneamente estudios de química en Zurich, que terminó
en un tiempo récord y con premio extraordinario culminando esa
carrera con una tesis doctoral que hizo época, al describir por
primera vez la hasta entonces enigmática estructura de la quitina.
Los años duros quedaban atrás y siendo fiel a una vocación
ya sentida desde niño, la de conocer los principios activos de
las plantas, aceptó un puesto de investigador en el pequeño
laboratorio que era Sandoz por entonces; allí permaneció
hasta su jubilación, con hallazgos que contribuyeron enormemente
a hacer de esa empresa un gigante farmacológico mundial.
Fruto de esos años fueron descubrimientos que Hofmann llama comerciales,
tranquilizantes y analgésicos, alternados con otros que le permitirían
desarrollar fármacos todavía insustituibles en obstetricia
y neurología. Investigaba el misterioso hongo llamado cornezuelo
o ergot, cuando topó con la dietilamida del ácido lisérgico,
o LSD, un derivado semisintético que absorbió inadvertidamente;
iba en bicicleta, después de haberla absorbido inadvertidamente,
y le sucedieron cosas muy curiosas, es un viaje en bicicleta célebre,
quizá el más célebre de los viajes en bicicleta.
Decía, Escohotado, que este derivado semisintético fue descubierto
por Hofmann y a partir de entonces no solo su vida, sino la de innumerables
otros, experimento una profunda modificación. Jünger y Aldous
Huxley, también la CIA y la psiquiatría institucional, se
apasionaron con el producto -unos creyendo que contribuiría a ensanchar
la cordura y otros que permitía desatar a voluntad la demencia.
En cualquier caso, nadie discutió que esa sustancia y varias más
de su especie descubiertas por él durante los años 50, eran
el hallazgo psicofarmacológico más importante del siglo.
Doctor Honoris Causa en Harvard, Zurich, Estocolmo y Berlín, a
mediados de la década siguiente fue invitado por la academia Sueca
a pronunciar el ciclo de conferencias previas al otorgamiento de su galardón,
que quedaría indefinidamente pospuesto, cuando el conjunto de prometedores
hallazgos se convirtió de la noche a la mañana en amenaza
mortal para el orden establecido. Instado por el Pentágono a que
colaborase en sus proyectos de armas químicas, y por la inteligencia
contracultural a hacer precisamente lo contrario, todo ello a partir de
las mismas sustancias, comenzó para él, para Hofmann, una
época de perplejidad sólo apaciguada con la distancia crítica
que otorga el paso del tiempo.
Hasta aquí, un poco larga pero creo que era necesaria la presentación
de Albert Hofmann. Aquí lo tenemos. Bienvenido, Dr. Hofmann, a
este programa, gracias por ponerte el mundo por montera con nosotros;
aquí lo tenemos, decía, sentado en mi trono de moderador
del programa; se lo he cedido porqué va a ser el epicentro de este
programa y también y sobre todo por cortesía hacia un maestro
que viene de fuera.
Tenemos también a varios de nuestros contertulios habituales, que
no fijos; son -vamos a presentarlos por enésima vez- el escritor
y cabalista Mario Satz, el biólogo y otras muchas cosas André
Malbi, el también escritor y taoísta Luis Racionero, el
filósofo Fernando Savater y también escritor, como no, y
el filósofo y también escritor -todos escribimos aquí,
hasta los químicos- Antonio Escohotado, que ya ha salido a relucir.
Es el de hoy un programa un poco especial y vamos a salirnos del carril.
Será esto una tertulia, sí, pero una tertulia enfocada,
polarizada, hacia el Dr. Hofmann. Una tertulia a mitad de camino entre
la charla y la entrevista con contraste de pareceres. E... los contertulios
del Mundo por Montera se convierten hoy en alguaciles alguacilados y,
en vez de dar opiniones, aunque también las darán, van a
provocarlas, o sea, van, vamos a entrevistar conjuntamente a nuestro invitado,
pero de modo tal que sus preguntas y las respuestas de Hofmann puedan
dar pie a otras intervenciones de las personas presentes en el estudio.
Yo creo que es Antonio Escohotado la persona más indicada para
disparar la primera salva de este interrogatorio, de este tercer grado
indagador y amistoso, pero antes, debería de tomar la palabra el
Dr. Hofmann para decirnos en que consiste el camino de Eleusis, o El Camino
a Eleusis, título de este volumen escrito al alimón con
el etnomicólogo R. Gordon Wasson y el helenista C. Ruck. E... Dr.
Hofmann, ¿ese camino de/a Eleusis hacia dónde conduce, cómo
se sigue, cual es su meta?
Dr. Albert Hofmann: (habla pausada y fluidamente) Me alegra mucho
tener ocasión de poder hablar sobre LSD sirviéndome de Eleusis.
A lo largo de milenios, Eleusis ha sido el centro espiritual más
importante de la antigüedad Griega. Los misterios de Eleusis tienen
su origen en la diosa del grano, la diosa Démeter; ella originó
estos misterios como agradecimiento por haber vuelto a encontrar a su
hija Perséfone. Perséfone había sido secuestrada
por Hades, el dios del Tártaro, y como muestra de agradecimiento
la diosa del grano regaló a la humanidad los cereales, así
como los Misterios de Eleusis.
En estos misterios se enseñaron una serie de reflexiones sobre
la vida y la muerte del hombre; se sirvieron como ejemplo del mismo grano
del centeno; el grano del centeno es plantado en la tierra y muere allí
para dar pie a nueva vida. Forman parte de estos misterios toda una serie
de personajes conocidos en la antigüedad: Píndaro, Cicerón,
Platón, todos estos personajes fueron allí en peregrinaje
y les estaba prohibido decir lo que allí habían visto, era
un secreto; pero lo que sí les estaba permitido era contar cual
era la importancia que para ellos tenían los Misterios de Eleusis;
y de forma unánime todos manifestaron que allí les había
sido permitido comprender los mismos orígenes de nuestra vida,
y también habían logrado vislumbrar el final de la vida:
habían empezado a comprender de dónde venían y adonde
iban.
Se sabía que los adeptos que peregrinaban a Eleusis después
de largos preparativos, al final de su viaje recibían una bebida
sagrada; esta bebida es la que les proporcionaba la iluminación,
y de siempre había sido un problema para los investigadores y para
la ciencia el averiguar los ingredientes de esta bebida sagrada capaz
de iluminar la mente humana. Se formularon las más diversas hipótesis
y teorías, y yo, conjuntamente con unos amigos -con el señor
Wasson y el señor Ruck- he formulado la hipótesis que tenía
que haber una combinación del tipo de LSD que estaba contenida
en esta bebida sagrada. Llegamos a esta conclusión por la razón
siguiente: cerca de Eleusis, y en realidad en todo el ámbito del
mediterráneo, crece entre la hierba salvaje un cornezuelo de centeno
muy especial, y en este cornezuelo de centeno nosotros descubrimos sustancias
-combinaciones muy cercanas a la LSD. En realidad sólo están
caracterizadas por una variante química mínima, muy poco
importante, y por consiguiente me parece probable que los sacerdotes de
Eleusis fuesen recogiendo este cornezuelo de centeno; lo tenían
muy cerca, no tenían mas que triturarlo, y es muy probable que
sea ésta la sustancia que se mezclaba en la bebida sagrada para
convertirla en una bebida completamente psicodélica. (del griego
psico/psique, alma-mente-espíritu y delos, visible patente, por
lo tanto, reveladora del alma, relativo a la manifestación de elementos
psíquicos que en condiciones normales están ocultos.)
Por otra parte hemos dicho que la diosa Démeter era la diosa del
grano, y esta es una razón de más por la que el principio
activo de Eleusis posiblemente creciera del grano. Hasta ahora por parte
del mundo de la ciencia todavía no ha habido ninguna voz de oposición
en contra de esta teoría. Parece ser por consiguiente que esta
hipótesis es más que probable.
Fernando
Sánchez Dragó: Antonio: ecce homo! -pero antes de formularle
la primera pregunta me gustaría, tú que fuiste el primero
de todos nosotros que lo conoció, y que además lo has visitado
en su casa, en la cumbre de una montaña suiza, de una colina suiza
que linda ya con Francia, que evocaras un poco como es Albert Hofmann,
cómo lo conociste, cómo vive...
Antonio Escohotado: Bueno, yo leí el libro este "Mein
Sorgenkind" que aquí se ha traducido como "testimonio
de su descubridor", pero que se debía traducir como "mi
problemática criatura", "LSD. Mi problemática
criatura", y bueno él era un hombre mitológico para
todos nosotros desde los años 60 o así, pero al leer el
libro saqué... saqué en clara conclusión, que además
de ser un químico, era un humanista, era un poeta, era un visionario.
Entonces le escribí. Tuvo la cortesía de contestarme; a
mí me tocaron unos contratos de traducción por Viena y a
la vuelta de un contrato conseguí una pequeña reunión
en Basel (Basilea), y a partir de allí hemos seguido viéndonos,
de esto hará unos seis años aproximadamente; y bueno, a
los tres años o así tuve el honor de,... vamos, el honor
de hacer el viaje para llegar a su casa, porque su casa es el primer viaje
de reconocimiento de Alberto, se pasa por muchos sitios, por cañadas
profundas, por pastos maravillosos y lustrosas vacas, se ven esas casas
todas de madera de Suiza; y él arriba, tiene una casa pues... como
de Frank Lloyd Wright pero en un escenario... de la Suiza de Guillermo
Tell. Tiene una piscina dentro, pequeña piscina donde él
se baña, es una delicia permanecer allí; y, bueno ya que
me toca el primero en el turno de preguntas, me gustaría recordar
una parte, un capítulo del último libro del Doctor Hofmann,
de muy difícil traducción al castellano, y estamos luchando
a ver que traducción le ponemos al título, donde él
dice que estos Estados Alterados de Conciencia, o Estados de Conciencia
Alterada, como se quiera decir, pueden ser útiles no sólo
en el sentido habitual de hacer frente como la psiquiatría... a
traumas, sino de una forma digamos cotidiana; no podemos ir -dice el doctor
Hofmann- por la vida haciendo nuestros negocios habituales en este extraordinario
estado de ánimo, sin embargo, a veces, entrar en ese estado extraordinario
de ánimo puede ayudarnos a mirar con más ecuanimidad, con
más serenidad, hasta lo más cotidiano, hasta la vida puramente
práctica... cuáles son nuestros verdaderos intereses concretos.
Al leer esto yo pensé que tenía de haber un poquito más,
un poco más de que.. no debemos ir por la vida en este extraordinario
estado de ánimo, y sin embargo no podemos ir por la vida sin que
alguna vez, tengamos este extraordinario estado de ánimo... ¿me
comprende?
Dr.Hofmann: Sí, naturalmente. Bueno yo creo que... lo que
se percibe bajo la influencia de la LSD es lo que en otros términos,
sobre todo en terminología religiosa, se ha calificado como iluminación.
Se trata de una vivencia del mundo y también del propio yo, que
difiere de la conciencia cotidiana en el sentido de que la barrera desaparece,
poco más o menos, este pensamiento dualista con el que funcionamos
de forma habitual es superado, y por así decir uno de adentra en
la propia naturaleza, en la propia creación; se tiene la sensación
de comprenderse a uno mismo mucho mejor si experimenta la creación
no por más tiempo solamente con la razón, sino con la emoción,
con el corazón. Y esto es lo característico de la visión,
de los visionarios -es lo que ellos describen; quizás no sea exactamente
lo mismo, pero es una sensación muy parecida con un significado
igualmente parecido.
Fernando S.D.: Fernando Savater, tu turno.
Fernando Savater: Bueno, en primer lugar, yo quisiera también,
aunque sea un poco, unirse al coro de las justificadas alabanzas que estamos
oyendo decir que e... para mí también es muy importante
encontrarme aquí con el Dr. Hofmann, e... al que considero digamos
un creador en el sentido de impulsor espiritual, de persona capaz de desarrollar
energía espiritual, con el mismo título con que consideramos
a los grandes poetas, a un Rimbaud, a un Hölderlin, que han hecho
esa misma función, esa misma función de expandir la conciencia
humana e... En una ocasión... hay una anécdota que no sé
si alguna vez la habré contado a los oyentes aquí mismo:
Stendhal paseaba con un amigo e... por Roma, pasó por San Pedro
en el Vaticano, Stendhal elogiaba enormemente la cúpula famosa
de San Pedro, y entonces el amigo, de un modo muy positivista, muy "pied
à terre" (con los pies en la tierra) dijo, "pero esto
en el fondo para qué sirve", y Stendhal le contestó:
"eso sirve para conmover el corazón humano". Bueno, yo
creo que el corazón o el espíritu humano es un poco como
los crecepelos -que hay que agitarlo antes de usarlo, hay que moverlo
antes de usarlo; y el arte es uno de esos estimulantes que sirven para
agitar el corazón humano y el Dr. Hofmann, también.Yo creo
que le debemos uno de esos estimulantes para agitar y para utilizar el
corazón humano, de los más importantes, de los más
interesantes que este siglo ha visto. Mi pregunta se centraría
en torno a una persona, para mí muy querida, que en mi adolescencia
fue muy importante para mí -como lector- que es Aldous Huxley.
El Dr. Hofmann conoció bien a Huxley, incluso tuvo e... en fin,
fue la persona que le proporcionó y que le introdujo, digamos,
en el tema de la apertura de las puertas de percepción, a la cual
Huxley dedicó tantas páginas importantes, y creo que finalmente
incluso le asistió en el momento de su muerte, al final como...
tal como Huxley quería. Me gustaría que si brevemente él
pudiera contarnos algo de su relación con Huxley, yo se lo agradecería
mucho.
Dr.
Hofmann: A mí me impresionó profundamente Huxley. Tres
años antes de su muerte, en 1960, Huxley me llamó por teléfono
al laboratorio pidiéndome una entrevista y un almuerzo, a mí
me alegró mucho esta invitación, porqué tenía
conocimiento de sus obras "Las puertas de la percepción"
y "Heaven and Hell" ("Cielo e infierno") y así
efectivamente nos reunimos en Zurich, y él me contó que
estaba trabajando en su novela "Island" ("La Isla");
y en esta novela, decía, se mencionaba una droga muy especial:
en esta isla se describe cómo un entorno antiguo es impregnado
por la tecnología moderna. Y en esta cultura hay una droga que
juega un papel fundamental, la medicina moksha; se trata de la llamada
medicina de la iluminación y esta medicina, en esta cultura utópica,
es una medicina que se administra en tres ocasiones en la vida; la 1ª
vez en el tránsito de la niñez a la pubertad, una 2ª
vez en la crisis de la mediana edad, y finalmente poco antes de la muerte,
esa, esta gran transición.
A continuación, cuando Huxley terminó su libro, me lo regaló
y me lo dedicó. Escribió: al Dr. Hofmann al descubridor
original de la Mokshametzina. Y efectivamente, Huxley, aquello que describió
en su novela, es lo que él ha vivido en su propia vida. Cuando
ya estaba en el lecho de muerte -no hay que olvidar que padeció
un cáncer muy doloroso- ya no era capaz de hablar; pues en el lecho
de muerte, como digo, escribió unas notas para que las leyera su
mujer, indicando 0,1 miligramos de LSD-IM. Su mujer sabía lo que
significaba; ella le preparó esta inyección y él
murió en paz. Esta experiencia tenía algo de conmovedora,
porque con este acto Huxley mostraba que lo que él había
descrito en su obra como un literato, como filósofo, era algo que
él estaba dispuesto a vivir en su propia vida.
Fernando S.D.: Luis Racionero, tú nos has traído
precisamente este libro de Aldous Huxley "Moksha", que habla
de lo que nos acaba de explicar Albert Hofmann.
Luis Racionero: Exactamente.
F.S.D.: Tu pregunta Luis, por favor.
Luis Racionero: Si e..., claro, a mí me interesa enormemente
el Sr. Hofmann porque, hasta la LSD, yo había creído que
el conocimiento consistía... bueno, en leer libros, en hablar con
personas ilustradas... y por tanto ir acumulando información. Con
la LSD yo me di cuenta que el conocimiento, aparte de ir llenando el cerebro,
podía ser poner el cerebro en otro estado, es decir, yo creo que
a veces se evoluciona más si uno pasa de un computador a otro más
grande, o de un programa a otro, que llenando el mismo computador de más
y más información; es ese salto cualitativo el que desde
luego me interesó enormemente al probar la LSD, es decir, el cerebro
se convierte en otra cosa, funciona de otra manera, parece que tiene muchísimas
más conexiones neuronales. Yo le quería preguntar si él
podía explicar de una manera accesible, al público en general,
pues que pasa e... químicamente o neurofisiológicamente
en el cerebro cuando uno toma sustancias de este tipo; cual es el mecanismo
que hace que el cerebro se transforme en otra cosa, llegue a otro estado
de funcionamiento.
Dr.Hofmann: La LSD, y también todas las sustancias afines,
sustancias por ejemplo procedentes de las drogas mexicanas -mezcalina
o psilocibina, por ejemplo-, estas sustancias tienen una estructura química
que está muy relacionada con los llamados neurotransmisores, las
hormonas cerebrales muy normales y que juegan un papel muy importante
en la estructura química de nuestra propia psique. Se puede explicar
el proceso de la manera siguiente: la LSD y los otros productos psicodélicos
ejercen una función estimulante para la función cerebral,
actúan en las más diversas direcciones. La vivencia emocional
es una de las vivencias que es estimulada; se estimulan también
las percepciones: los colores se vuelven más intensos, y la audición
también se ve estimulada... prácticamente toda la percepción
sensorial aumenta, se intensifica, y la experimentación de todas
estas impresiones procedentes del entorno, a su vez, se potencian una
vez más. Todo ello lleva a una percepción completamente
diferente a la percepción cotidiana; como ya he dicho, se tiene
la sensación de entrar en un nivel de realidad que hasta ahora
sólo se podía percibir desde el exterior, mientras que ahora
se vive desde el interior. Pero para contestar a la pregunta, la explicación
de porque se producen estos efectos a través de estas sustancias,
pues se explica por su afinidad con las sustancias y hormonas cerebrales,
con sustancias que están presentes en el cerebro. De no existir
esta afinidad sería muy difícil comprender porque afectan
hasta este punto la estructura química de nuestra psique.
Luis Racionero: Si, bueno, Huxley decía que era como si
se levantaran unos filtros, es decir, cuando estos radicales que se parecen
a la serotonina y la acetilcolina se ponen en las sinapsis neuronales,
parece que haya un levantamiento de filtros, ¿no?, que normalmente
la percepción normal está mucho más e... sometida,
mucho más e...
Antonio Escohotado: Rutinarizada.
Luis Racionero: Si, rutinarizada, espesa... como si hubieran, pues
eso, realmente unas pantallas o unos filtros que fueran los que nos mantienen
en este estado, y que al entrar estas sustancias, estos filtros se levantan;
¿esto químicamente como sucede?
Dr. Hofmann: Bueno, creo que no se puede explicar desde un punto
de vista químico. Estamos más bien ante una metáfora...
además que Huxley utilizó otra metáfora; él
dijo que normalmente nuestras sensaciones y nuestro entorno tienen que
ser filtrados; si nosotros pudiéramos evidenciar todo lo que nos
llega no podríamos procesarlo, necesitamos una válvula -se
trata de una válvula muy estrecha en nuestra conciencia cotidiana-
y ésta válvula es la que se abre a través de estas
sustancias; somos capaces de recibir mucho más de lo que nos llega.
Ésta es la metáfora que él utiliza y es también
la misma, e... el mismo sentido, en realidad que la metáfora del
filtro, pero a mí me gusta más la de la válvula.
Fernando S.D.: Mario Satz... Y les recuerdo a todos que nos hemos
comido ya más de la mitad del programa.
Mario Satz: Bueno, yo tengo unos cinco minutos.
Fernando S.D.: Je, je, je, segundos.
Mario Satz: A... me gustaría, de ser posible, Dr. Hofmann,
volver al tema de Eleusis en relación al tema de lo sagrado y lo
profano. Porque me parece que no es de ninguna manera casual que lo sagrado
de la experiencia Eleusina esté ligado a la agricultura y al grano;
yo he descubierto hace poquísimo tiempo que los Misterios Mayores,
por ejemplo, se celebraban en septiembre. Septiembre está bajo
la constelación de Virgo, y Virgo tiene como imagen tradicional
a una mujer que sostiene una espiga; por lo tanto la espiga, en aquellos
momentos de los Misterios Mayores, estaba arriba y estaba abajo. Usted
nos habló de Démeter y del don de la agricultura. Si aquella
era una experiencia sagrada, y hipotéticamente esta ligada al cornezuelo
del centeno, y estamos en un momento en el que se plantea el problema
de la legalización o no-legalización de las drogas, de otras
e inclusive de ésta misma droga, me preocupa saber porqué
en ese siglo clásico, supongo que fue la época de Pericles,
se planteó el problema de censurar a un grupo privado de personas
que había -no se si usted recuerda en el libro- celebrado el mayor
de los Misterios privadamente, como si aquello maravilloso que veían
los peregrinos en Eleusis sólo pudiera ser sagrado en la medida
que fuera colectivo, ritual, trascendente, y no individual y en cierto
modo profano ¿Es que la experiencia capital que provocan las drogas
tiene que estar ligado a lo sagrado? ¿Es necesario?
Dr.Hofmann: En primer lugar quisiera decir... bueno, usted ha hablado
de la prohibición de las drogas o de su posible legalización;
hay que diferenciar entre diferentes tipos de drogas. Hay drogas que son
sumamente peligrosas, drogas que producen la adicción como la heroína,
las anfetaminas o los opiáceos. Estas son drogas que justamente
por provocar la adicción y la utilización crónica
producen un deterioro físico y psíquico. En cambio, la LSD
y los otros productos psicodélicos no provocan adicción
y son poco tóxicos; no hay que clasificarlos realmente como drogas
para no incluirlas en este conjunto de sustancias problemáticas.
Con ello no quiero decir que estas drogas carezcan de peligro; ésta
es la razón por la que en Eleusis se presentan en un marco restringido;
ésta es la razón por la que los indios, por ejemplo, que
siguen utilizando estas drogas en la actualidad, lo hacen a modo de plantas
sagradas sólo destinadas al culto religioso. Porque cuando no se
está preparado para lo que a uno le sucede bajo la influencia de
estas sustancias, pues uno no es capaz de superar esta experiencia, desde
un punto de vista psicológico; para el no-iniciado la vivencia
que se produce es tan abrumadora... Esta experiencia que consiste en separarse
del mundo habitual, para adentrarse en un mundo mucho más complejo,
mucho más profundo, para una persona no preparada la consecuencia
puede ser un profundo shock psíquico, un derrumbamiento traumático.
Éste es el peligro de estas sustancias, pues tienen que utilizarse
en un marco ceremonioso que nos falta normalmente -y cuales son las consecuencias
de esta situación se ha visto muy claramente en América
en los años 60. Por ejemplo, se produjo casi una nueva era, al
menos era lo que se creía en aquella época, la época
de los hippies, pero se ha mostrado que se había obrado sin cautela.
Estas sustancias se habían ofrecido como bienes de consumo para
un consumo masivo, sin tener en cuenta la necesaria cautela, el necesario
cuidado que ya se conocía en la antigüedad y una cautela que
también respetan los indios. En aquella época, en los años
60, se vendía LSD por la calle, sin respeto alguno, y ésta
fue la razón por la que se produjo la catástrofe. La revolución
psicodélica terminó en el sentido de que éstas sustancias
que antes tenían un empleo ritual, en los EE.UU. eran productos
de venta libre para su utilización en medicina y también
para el consumo privado, y a raíz de estos acontecimientos de los
años 60 se pasaron a prohibir y adquirieron una fama todavía
más negativa que los opiáceos. Sin embargo, los médicos
que tenían estas sustancias en su posesión, hasta hoy no
han podido utilizarlas, a diferencia de los opiáceos que sí
pueden utilizar; y quizás aquí habría que intentar
provocar un cambio. Deberían ser productos accesibles para la psiquiatría
y la investigación médica, por así decir. Hoy en
día los psiquiatras se han convertido en los gurus, en los sumos
sacerdotes de nuestra sociedad, y si tomamos el ejemplo de los indios,
estas sustancias están en manos del curandero, del sacerdote de
la tribu; es el único que sabe utilizarlas, porqué es el
que sabe, y sabe cómo administrarlas. Bien, en nuestra sociedad,
para seguir con el paralelismo, el sumo sacerdote sería el psiquiatra,
y por eso en una primera fase me parece conveniente que estas sustancias
se separaran de las otras drogas que producen adicción, y se deberían
volver a las psiquiatras. Me parece que debería ser un primer paso.
Fernando S.D.: André,
André Malbi: E... Dr. Hofmann, aquí se han levantado muchas
liebres. Yo tengo unos cuantos interrogantes muy diferentes de los que
tenía al empezar esta rueda de tertulia. El primera de todas tiene
que ver con el concepto de iluminación. Aquí se pareció
confundir la luz que viene de dentro con la que viene de fuera; lo más
extraño de este tema es que tenemos una glándula que se
llama la hipófisis que fabrica una sustancia la 5-hidroxi-triptamina,
la serotonina, la cual acaba de mencionar Racionero, que tiene una estructura
muy parecida a la LSD. Tiene en común con la LSD, con la psilocibina
y con un montón de psicotropos, una parte de su estructura molecular
que es el anillo indólico que caracteriza a estos compuestos; pero
de una manera extraña, el exceso de serotonina en el cuerpo humano
viene totalmente contrarrestado por la toma de LSD. Primero.
Segundo; se ha llegado a bautizar a la serotonina o la 5-hidroxi-triptamina,
como la hormona del estrés, o esta angustia de imposibilidad que
nace del enfrentamiento con el mundo que nos rodea. El LSD, en este momento,
permite de ya no estar angustiado y a lo mejor sólo ser presente,
que es la primera cosa importante lo que quiero preguntar.
La segunda es que, detrás de todas las preguntas que han sido hechas,
y en todas las que se podrían hacer, hay la pregunta fundamental:
¿Existe una sustancia que sería la Puerta de la Muerte?,
¿sería posible de entender antes de morirse lo que esto
implica? ; Puede ser de que todas esas iniciaciones antiguas que implican
cada una de ellas y todas a la vez, el paso por la pequeña muerte,
algo que ver con la movilización de unas sustancias que el cuerpo
humano es capaz de producir? ¿Sería posible de que todas
las síntesis que se puedan hacer sean sólo símiles,
reproducciones o intento de parecido con algo que podemos nosotros hacer?
Pporque, diablos, hay santos que llegan al extasis por sí solos
en la soledad, en el hambre, en la oscuridad, en la pobreza, y que de
repente haya que ganar 50.000 pelas para comprarse una dosis, cuando,
del, porque está prohibida. Y de otra parte hay algo más,
que me molesta bastante, es que se está planteando como si habiera...
hubiera conciencia de 1ª y conciencia de 2ª... lo siento, estamos
viviendo en un universo que es tal como es, y de momento el único
problema que tenemos es tener que aguantarnos con la limitación
sensorial en la cual vivimos; pero, el hecho de que no veamos los rayos
infrarrojos, los rayos X o toda la gama de la radiación electromagnética,
no impide de que existan; en realidad, es la pega (pena?) de un ciego
frente a los cuadros de Goya, y yo, a mí, me encantaría
saber si acaso no habría que diferenciar las sustancias que permiten
ser más lo que somos y ayudar a que el universo en que estamos
sea más lo que es, y sustancias que lo alteran. Yo diferenciaría
muy fuertemente las drogas, de las sustancias psicotrópicas, porque
la droga entrega un universo alterado, falso, mentiroso, totalmente diferente
de sí mismo, y las sustancias como la que usted ha pasado a la
historia en 1943, son las que abren hacia nosotros mismos y a través
de nosotros hacia todo el resto, el mundo, la gente, la vida y probablemente
la muerte, porque los trabajos del Dr. Larche (¿?) sobre estimulinas(¿?)
biogenes que implican alteración del núcleo indol para que
puedan aparecer, me parecen muy interesantes. Qué le parece, ¿existe
una droga de la muerte?, puede ser que el éxtasis, puede ser que
la luz pueda salir de alguien, ¿es cierto de que Teresa de Ávila
tuvo el corazón atravesado por una luz tan fuerte, que llego físicamente
a dejar una herida?
Dr.Hofmann: Bueno, en cuanto a la última pregunta de la
Sta. Teresa de Ávila, se trata de una pregunta a la que no puedo
contestar, pero todas estas preguntas me llevan una vez más a Eleusis.
En Eleusis se transmitió un conocimiento sobre la vida y la muerte.
Y este conocimiento de hecho es el conocimiento que buscamos en nuestra
vida, cualquier ser humano reflexiona sobre su origen y sobre la meta
a la que se dirige. Y hay diferentes métodos para llegar a una
contestación, diferentes métodos para lograr unos conocimientos
más profundos; métodos como la meditación, los diferentes
ejercicios del yoga, el aislamiento al que se han sometido muchos de los
llamados santos, y también existe la vía por las sustancias
psicodélicas, pero no es más que un camino para ayudarnos
en esta búsqueda. Y de hecho, muy a menudo, las vivencias bajo
la influencia de LSD y otras sustancias psicotrópicas se describen
como una muerte y un resucitar; hay una fase en la que se experimentan
unas vivencias muy sombrías, fases que podrían describirse
como una sensación de muerte; pero al final de esta vivencia vuelve
la luz, y es justamente lo que muestra Eleusis: a saber, el abandonar
el mundo habitual, pues este abandono, esta separación del mundo
cotidiano, pues, puede equipararse a una sensación de muerte. Se
abandona lo que uno conoce como el mundo, este mundo cambia y durante
un momento se tiene la sensación de estar perdido, pero, a continuación
uno entra en un nuevo nivel de conciencia con la sensación de haber
integrado la conciencia cotidiana dentro de esta nueva conciencia; se
experimenta una nueva dimensión, y una nueva conciencia de la realidad.
Andre Malbi: Mira, la mejor manera de morir es la de dejar de vivir,
evidentemente; sin embargo, el hecho de poder experimentar, mientras el
cuerpo vive, la muerte, como el acabar una cierta trayectoria, pero sólo
implicando la mente, la capacidad que tenemos de ser conscientes de nosotros
mismos y de lo que nos rodea, yo y el gran otro, este universo con el
que estoy dialogando siempre, pasa evidentemente por prótesis;
yo creo evidentemente que las drogas son prótesis, y que hay prótesis
que obligan a caminar torcido y otras que ayudan a caminar recto; el fundamento
de mi pregunta era saber si la LSD (el Dietilamid-noroacilmetil-d-lisérgico?)
ayudaba a caminar recto o sólo nos enseñaba uno de los varios
caminos que permiten rodear la existencia reciproca de este gran otro,
y de cada uno de nosotros.
Dr. Hofmann: Para mí la vivencia del LSD ha sido un abrir
de mis propios ojos. Yo he tenido de repente mayor conciencia de que la
creación puede vivenciarse de un modo mucho más grande,
mucho más hermoso de cómo lo solemos percibir. Es un estado
de estimulación (me parece que él dice Rausch que se traduce
mejor como Embriaguez) y de un verdadero éxtasis, pero hay que
volver; no se puede permanecer en este Estado Extático Estimulado,
no podemos vivir nuestra vida normal en este estado. Para hablar en palabras
de Huxley, tenemos que volver a cerrar las válvulas, tenemos que
volver a afrontar nuestros problemas cotidianos. Pero es importante saber
que detrás de la barrera de nuestra vida cotidiana se oculta un
mundo mucho más amplio, mucho más profundo y divino.
André Malbi: Una pregunta sin respuesta necesaria, ¿quién
murió cuando usted nació y quién nacerá cuando
usted muera?, no se contesta esto y dejo la palabra.
Dr. Hofmann: Ha, ha, ha, tampoco podría contestar.
Andre Malbi: Ni hace falta.
Fernando S.D.: Bueno, yo, en vista de que el programa se nos está
yendo, renuncio a mis preguntas y le paso la palabra a Fernando Savater,
que creo que tenía que formular alguna...
Fernando Savater: Bueno si, un minuto, no... Yo simplemente quisiera decir
algo en torno a la distinción entre digamos drogas de 1ª ó
de 2ª ó de 3ª. Yo creo que las hay, y creo que hay posibilidad
de tratar jerarquías y gustos muy diferentes en general.
Antonio Escohotado: Como en los vinos.
Fernando Savater: No, yo sólo... no diría como los
vinos, yo diría por ejemplo como en los libros, es decir, a mí
me gustaría que la gente estuviera educada en la lectura de una
determinada serie de obras que me parecen liberadoras y enriquecedoras,
y no en otras obras que me parecen empobrecedoras o embrutecedoras; pero
en cualquier caso lo que no soy partidario es de la prohibición,
digamos, de las obras literarias. A mí me gustaría que la
gente fuera partidaria de la lectura, digamos entre comillas, de las obras
por ejemplo del Dr. Hofmann, en vez de la lectura de otras obras algunas
de ellas perfectamente autorizadas, y vendidas en las farmacias e... muy
embrutecedoras y muy tristes para el ser humano. Yo lo que quisiera decir
es quehoy, frente a la libertad ante esta oferta, hay dos propuestas:
una la de la culpabilización, es decir, la culpabilidad como respuesta
ante la libertad, la satanización, convertir las drogas en culpa;
y otra la responsabilidad: yo pienso que el uso, el contacto, con determinadas
formas de conciencia diferente cómo puede lograrse por... Ciertas
drogas como la LSD, e... pueden aumentar la responsabilidad y utilización
de determinadas sustancias, frente a la culpabilidad con que se las carga
normalmente.
Dr. Hofmann: Creo que es muy importante que uno comprenda perfectamente
que la utilización de las drogas es una aventura, porque la entrada
en otros niveles de conciencia, ya sea a través de la meditación
o productos psicodélicos como la LSD, siempre implica un atrevimiento.
Pero creo que deberíamos dejarlo a la libre responsabilidad del
individuo; él debe ser quien decide y cual debe ser la vía
que quiere utilizar para lograr una mayor comprensión de los grandes
misterios de nuestra existencia. Tiene que ser él quien decide
si prefiere salirse de las enseñanzas religiosas, de la fe, para
acercarse a este misterio, si prefiere utilizar métodos de meditación,
de aislamiento, o si prefiere consumir sustancias psicodélicas.
Pero en realidad no es tanto la LSD que puede aportar la iluminación
al individuo; hace falta una preparación, hace falta una expectación
y una madurez, y una responsabilidad muy grande. Sin estos requisitos
la LSD no es más que una sustancia, una sustancia que tiene relación
con nuestro organismo. Nosotros, como organismos bioquímicos, tenemos
una afinidad con el mundo vegetal y hay sustancias que influyen en nuestra
conciencia; vivimos el mismo ciclo vital que las plantas, y la LSD, al
igual que todas las sustancias psicodélicas, tiene su origen en
el mundo vegetal. Nosotros lo debemos todo a la planta, le debemos nuestro
alimento, nuestro propio proceso vital y su energía, y en realidad
podríamos calificar estas sustancias de psicovitaminas, capaces
de ayudarnos a ir más allá de nuestra maduración
física, que nos ayudan a un crecimiento psíquico y espiritual.
Fernando S.D.: Respecto precisamente a occidentales... Después
de la relativa permisividad de los años 60, cerraron filas no sé
si con mucho conocimiento de causa, contra la LSD y sustancias parecidas,
y nos avisaron sobre el riesgo de destrucción de neuronas, destrucción
de cromosomas y... en fin, otros componentes genéticos, e incluso
ya no en occidente sino en el propio oriente, en el mundo de las sectas,
de los gurues, de los iniciados, de las religiones mistéricas etc.,
se empezó a decir que la utilización de estas sustancias
dañaba de forma irremediable lo que en el hinduismo se llaman los
chacras, esa especie de puntos neurálgicos, puntos vitales, puntos
energéticos del organismo, a través de los cuales se produce
la reunión del microcosmos con el macrocosmos. ¿Que hay
de verdad y que hay de leyenda interesada, en este ponernos sobre aviso
a propósito de estos peligros?
Dr. Hofmann: Bueno, estas publicaciones indicando de que la LSD
trastorna la masa del globo cerebral, y por ello influye negativamente
en los cromosomas, pues es una afirmación errónea como se
ha demostrado científicamente; no se han podido demostrar secuelas
físicas. Como ya he dicho el peligro radica de que la vivencia
psicológicamente profunda de una realidad distinta; excepto en
el caso de una experiencia que para una psique determinada no sea superada,
no ha habido ningún tipo de peligro físico. Se han tomado
centenares de dosis de LSD por el mismo individuo sin que se haya producido
ningún daño físico; cuando se toma sólo tres
veces la cantidad de heroína de la que es necesario para obtener
su efecto habitual, pues el individuo muere; si bebo diez veces más
alcohol del que me hace falta para producir el efecto deseado, también
muero. Sin embargo, de LSD se ha llegado ha tomar cien veces la cantidad
necesaria sin que se produzca ningún daño físico.
Lo que sí ha ocurrido es que se han producido muertes como consecuencia
del estado profundo de confusión de la conciencia que se produce
en un individuo no preparado; una vez más, LSD forma parte de las
llamadas drogas sagradas, sagradas en el sentido de que hacen falta los
preparativos necesarios, hace falta un respeto. Y vuelvo una vez más
a Eleusis: estas drogas se tienen que administrar tal como se administraban
en Eleusis; me parece que incluso puede ser un ejemplo de cómo
manejar estas sustancias en nuestro tiempo.
Andre Malbi: Doctor,
Fernando S. D.: Es que, perdona una cosa brevísima, ¿
tú a tu divina edad sigues experimentando con estas sustancias
en tu cuerpo y en tu alma?
Dr. Hofmann: Mmm... je, je, je, todo lo que LSD me ha podido dar,
ya me lo ha dado, y ahora intento vivir de acuerdo con estas vivencias.
LSD me ha abierto los ojos, he sido capaz de comprender, y ahora intento
mantener mis ojos abiertos siempre, es decir, mantener la conciencia abierta,
sin LSD; seguir comprendiendo el milagro de la vida, el milagro y el misterio
del ser y del devenir.
Andre Malbi: Al igual que los Taoístas decían que el ideal
de la actividad era el buen hacer y el hacer sin actuar, puede ser de
que la conciencia tenga que..., que actuar sin ejercerse hacia fuera;
puede ser de que el único mundo en el cual tengamos acceso realmente
sea un mundo interno, y que este mundo interno cuanto más símil
al que nos rodea, mejor. Puede ser el LSD sea uno de esos caminos y pasos...
de paso, eh, creo que los siete que estamos aquí somos todos drogados
porque hoy hemos tomado derivados de "colinas" (¿?) que
sea café, té o que sea chocolate, el chocolate que es sin
cacao, que no es broma...
(...)
Durante
esta última intervención van pasando los títulos
del cierre del programa y así acaba el programa y la cinta. He
intentado traducirlo lo más literalmente posible con los dejes
y errores gramaticales del habla y escribirlo todo tal y como yo lo he
escuchado; hay que tener en cuenta que las respuestas del Dr. Hofmann
las dice en realidad la traductora y que ha habido palabras y expresiones
que no sé si los he trascrito correctamente.
Libros de Albert Hofmann
El camino a Eleusis. Una solución al enigma de los misterios (con
R.G. Wasson & C.A.P. Ruck) Ensayo histórico sobre el uso de
enteógenos en el templo de Eleusis en la Grecia clásica
(básicamente sobre los alcaloides del cornezuelo del centeno).
LSD. La Historia de la LSD
Libro en el que Albert Hofmann relata el descubrimiento de la LSD-25.
Desde su experiencia 'mística' en la infancia, pasando por su trabajo
en los laboratorios de Sandoz, su relación con Huxley y Jünger,
y las perspectivas del empleo de su travieso descrubrimiento.
Mundo Interior, Mundo Exterior
Pequeño ensayo sobre su visión del mundo, la existencia
y la relación del ser humano con el cosmos
Plantas de los Dioses. Orígenes del uso de los alucinógenos
(con R. Evans Schultes)
Quizás uno de los libros más famosos, por su propósito
divulgativo, su calidad y la enorme cantidad de imágenes -a la
vez que bella edición-....
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