*Estados
Unidos intensifica los planes de guerra en América Latina*
por Rick Rozzof
El 29 de junio el
presidente estadounidense Barack Obama recibió a su
homólogo colombiano Alvaro Uribe en la Casa Blanca y semanas más
tarde se
anunció que el Pentágono planea desplegar tropas en cinco
bases aéreas y
navales en Colombia, el principal receptor en América Latina de
la
asistencia militar estadounidense y tercero mayor del mundo ya que ha
recibido más de 5.000 millones de dólares del Pentágono
desde que hace nueve
años se lanzó el Plan Colombia.
Seis meses antes del encuentro Obama-Uribe el presidente saliente
estadounidense George W. Bush concedió el mayor honor civil estadounidense,
la Medalla de la Libertad, a Uribe, así como al ex-primer ministro
británico
Tony Blair y al ex-primer ministro australiano John Howard.
Una nota de prensa de aquel momento expresaba tanto conmoción como
indignación ante el hecho de que la Casa Blanca honrara a Uribe:
"A pesar de
los asesinatos extra-judiciales, de los paramilitares, de los sindicalistas
asesinados, el presidente de Colombia Uribe ha obtenido el mayor honor
estadounidense por derechos humanos" [1].
La misma fuente corroboraba su preocupación añadiendo: "Colombia
es el país
más peligroso del mundo para los sindicalistas. En 2006 la mitad
de todos
los asesinatos de sindicalistas del mundo tuvieron lugar ahí. Desde
que
Uribe llegó al poder en 2002 han sido asesinados casi 500 [sindicalistas].
En respuesta a la preocupación por los asesinatos, Uribe descalificó
a las
víctimas a las que llamó 'un panda de criminales vestidos
de sindicalistas'.
Se están investigando más de 1.000 casos de asesinatos ilegales
por parte de
los militares. Existen decenas de casos de soldados que capturan a hombres
inocentes, los asesinan y los visten como enemigos combatientes. Se cree
que
cientos de miembros de las fuerzas de seguridad ha participado en estas
actividades" [2].
*Colombia: una guerra de cuarenta años*
Durante más de cuarenta años Colombia, el último
de los clientes de
Washington "democracia de escuadrón de la muerte" que
queda en el hemisferio
sur, ha emprendido una implacable guerra de contrainsurgencia contra las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y una guerra igual
de
despiadada contra sindicalistas, campesinos, indígenas y otras
organizaciones con su ejército adiestrado y equipado por Estados
Unidos, y
con formaciones paramilitares aliadas. Se calcula que a consecuencia de
los
enfrentamientos han sido asesinadas 40.000 personas y que hay 2 millones
de
desplazados.
En 1985 las FARC depusieron las armas y entraron en un proceso de paz
con el
gobierno de Belisario Betancur.
Esto ayudó a fundar la Unión Patriótica para participar
en procesos
electorales y en otras actividades pacíficas, pero al cabo de varios
años
5.000 altos cargos electos de la Unión Patriótica, candidatos,
sindicalistas, dirigentes comunales y otros activistas fueron asesinados
por
las fuerzas de seguridad de Colombia y los escuadrones de la muerte de
extrema derecha vinculados con el gobierno, especialmente las muy mal
reputadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y su difunto líder
Carlos
Castaño. Ocho congresistas, setenta concejales, decenas de diputados
y
alcaldes, y cientos de sindicalistas y dirigentes campesinos fueron
asesinados y en 1989-1990 dos de sus candidatos presidenciales fueron
asesinados en el espacio de siete meses.
Enfrentadas con su total exterminio, las FARC se rearmaron y buscaron
refugio en el sudeste del país.
En 1998 el presidente colombiano Andrés Pastrana permitió
a las FARC tener
un refugio seguro de 16.000 millas cuadradas en el departamento de Caqueta.
Entonces Estados Unidos
puso la mira en una campaña intensiva de
contrainsurgencia para destruir ls infraestructura de las FARC en la región
y, a la vez, destruir y arrancar la organización de raíz.
En enero de 2000 STRATFOR, una fuente que no es conocida por oponerse
a la
guerra, advertía: "El departamento de Estado estadounidense
anunció
recientemente un paquete de ayuda de dos años por valor de 1.300
millones de
dólares para operaciones contra el narcotráfico en Colombia.
El plan también
está encaminado a ayudar al presidente Andrés Pastrana a
negociar la paz con
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Pero el plan tendrá
un efecto negativo. Acabará con las negociaciones de paz entre
los rebeldes
y el gobierno, y reavivará la guerra. En última instancia,
el plan no hace
sino preparar el camino para una mayor implicación estadounidense"
[3].
Continúa diciendo "la mayor parte del dinero prometido para
la campaña para
contrarrestar el narcotráfico irá directamente a luchar
contra los rebeldes
.... En detrimento del gobierno de Bogotá esto inclinará
la balanza de poder
hacia los militares, que siempre se han opuesto a las negociaciones de
paz.
En última instancia, se abrirán las puertas de par en par
a una mayor
implicación estadounidense [4].
*Plan Colombia: la "flecha del parto" de Clinton**
Para el año 2000 Colombia ya era el mayor receptor de ayuda militar
estadounidense en el hemisferio sur, pero la administración Clinton
incrementó el papel del Pentágono en esa nación con
lo que se llegó a ser el
Plan Colombia.
Tras asumir el poder en enero de 1993 bombardeando Iraq y después
matando a
cientos, si no miles, de somalíes ese mismo año, Clinton
y su equipo de
política exterior nunca abandonaron el uso de la agresión
militar.
En 1995 suministró planificadores y asesores militares para la
brutal y
etnocida Operación Tormenta de Croacia y dirigió los bombardeos
de la OTAN
de objetivos serbios bosnios, incluyendo a las tropas que se retiraban
y las
columnas de refugiados que las seguían, que dejaron lo que ahora
es la
República Bosnia Serbia repleta de uranio empobrecido y con una
epidemia de
casos de cáncer.
Tres años después emprendió ataques con misiles de
crucero contra Afganistán
y Sudán, y el 16 de diciembre de 1998 empezó la Operación
Zorro del
Desierto, un ataque mortífero de cuatro días a Iraq con
250 ataques aéreos y
más de 400 misiles de crucero Tomahawk, la víspera de las
mociones de
censura contra Clinton en el Congreso estadounidense.
Al año siguiente el uso de la agresión militar por parte
de la
administración [Clinton] llegó a su punto culminante con
los 78 días de
ataques de la OTAN dirigida por Estados Unidos contra Yugoslavia, el primer
ataque militar contra una nación europea desde los de Hitler y
Mussolini en
1939.
La "flecha del parto" de la administración [Clinton]
fue el Plan Colombia en
2000.
El año anterior, 1999, el presidente de Colombia, Pastrana, había
concebido
un proyecto, que la Casa Blanca rediseñó en su propio interés.
Como escribió el ex-embajador estadounidense en El Salvador Robert
White (al
que la administración Reagan había echado como parte de
los preparativos
para soltar a sus escuadrones de la muerte y guerras de la contra en América
Central) después de que el Congreso estadounidense aprobara en
Plan Colombia
en junio de 2000: "Si se lee el Plan Colombia original, no el que
se
escribió en Washington, sino el Plan Colombia original, no se mencionan
ofensivas militares contra los rebeldes de las FARC. Bien al contrario.
(El
presidente Pastrana) afirma que las FARC son parte de la historia de
Colombia y un fenómeno histórico, dice, y que deben ser
tratados como
colombianos" [5].
Un teletipo alternativo estadounidense informaba que "a principios
de 1999
el gobierno de Pastrana inició las conversaciones de paz con las
FARC, el
mayor grupo rebelde.
El presidente también hizo su primer viaje a Washington en busca
de ayuda
contra el tráfico de droga. Pero cuando llegó allí,
'le cambiaron el
libreto', según Marco Romero de Iniciativa de Paz Colombia, una
coalición
creada en septiembre por 60 ONG locales que buscaban una alternativa a
al
Plan Colombia.
Las conversaciones de Pastrana con líderes del Congreso estadounidense
y con
el jefe de la oficina de política nacional contra las drogas de
la Casa
Blanca, Barry McCaffrey, dieron como fruto el Plan Colombia, afirmó
Romero"
[6].
McCaffrey es un general del ejército retirado que ganó sus
galones en la
República Dominicana en 1965, en Vietnam de 1966 a 1969 y en la
operación
Tormenta del Desierto en 1991. También fue jefe del Comando Sur
del
Pentágono (SOUTHCOM, en sus siglas en inglés) entre 1994
y 1996, y
vice-representante de Estados Unidos en la OTAN.
"En apoyo a su petición de ayuda a Colombia, la secretaria
de Estado
estadounidense Madeleine Albright y el zar de la droga McCaffrey dijeron
al
Congreso estadounidense que los fondos se usarían para 'restaurar
el orden
el sudeste de Colombia'" [7].
Con la aprobación del Plan Colombia Estados Unidos aumentó
la ayuda militar
a este país más de veinte veces en sólo dos años,
1998-2000, de 50 millones
de dólares en 1998 a más de 1.000 millones de dólares
en 2000, lo que situó
a Colombia inmediatamente después de Israel y Egipto en esta categoría.
En
los diez años a partir de 1998 la ayuda militar estadounidense
se multiplicó
por cien.
A principios de 2000 una fuente estadounidense de los medios de comunicación
dominantes afirmó que "los 1.600 millones de dólares
propuestos por la
administración Clinton como ayuda de emergencia a Colombia es cuando
menos
tanto un paquete contra la insurgencia como una medida anti-droga"
y
mencionó que "un miembro del Congreso se opuso a los esfuerzos
de la Casa
Blanca por eludir el proceso normal de asignaciones" [8].
Unas semanas después tuvo lugar en El Salado una de las peores
masacres
recientes de civiles colombianos perpetrada por paramilitares con la
complicidad del ejército.
El Plan Colombia estaba empapado en sangre antes incluso de que se
formalizara. En enero de 2000 la secretaria de Estado Madeleine Albright
visitó Colombia para promocionar la iniciativa y en honor a su
llegada el
ejército colombiano mató a 50 de sus ciudadanos en un ataque
fuera de la
capital, Bogotá.
En junio el Congreso y el Senado estadounidenses añadieron a la
guerra más
de 1.000 millones de dólares, sesenta helicópteros de combate
y más fuerzas
especiales asesoras en contrainsurgencia. Aproximadamente el 70% de los
fondos de 2000 del Plan Colombia se asignaron a financiar, adiestrar y
equipar a batallones antinarcóticos del ejército que operaban
en el sudeste
de Colombia, el antiguo refugio de las FARC.
Progresistas nominales, el difunto Paul Wellstone del Senado y la
congresista de Illinois Jan Schakowsky, añadieron un condicionante
de
derechos humano que ninguna persona seria esperaba que se respetara y
sólo
dos meses después de que el Congreso autorizara el Plan Colombia
Clinton
utilizó su derecho presidencial de no aplicación para anular
las condiciones
referentes a los derechos humanos por razones de "seguridad nacional".
*Nueve años después: la farsa de la guerra contra la droga
cede el paso a la
pura contrainsurgencia*
Por supuesto, la escalada de las operaciones de contrainsurgencia se
empaquetó bajo la etiqueta de una guerra contra la droga. Nueve
años después
Colombia sigue siendo el principal suministrador de cocaína y heroína
a
Estados Unidos.
En abril de 2000 se vio en lo en serio que se debería haber tomado
esta
farsa cuando el ex-comandante de las operaciones contra la droga del
ejército estadounidense en Colombia, el coronel James C. Hiett,
se declaró
culpable de no haber entregado las pruebas de que su esposa, Laurie,
introducía de contrabando en Estados Unidos cocaína y heroína.
En enero su
esposa se declaró culpable de planear introducir de contrabando
en Estados
Unidos vía el correo heroína por valor de 700.000 dólares.
Indudablemente, el colonel Hiett cumplió con su deber propagando
la historia
de que las FARC eran responsables de la mejor parte del cultivo de coca
y
opio, y del tráfico en el país, y de que el ejército
estadounidense era la
mejor respuesta a estas supuestas actividades.
Si se tenía alguna duda de la sinceridad de las afirmaciones estadounidenses
de que estaban luchando contra el narcotráfico y el terrorismo,
a las pocas
semanas de aprobarse en Plan Colombia la secretaria de Estado Albright
escoltó al jefe del llamado Ejército de Liberación
de Kosovo, Hashim Thaci,
cuyos colegas y cárteles de la droga aliados controlan la mayoría
del
tráfico de marihuana, hachís y narcotráficos en Europa,
a los lugares que
ella solía frecuentar en el cuartel general de Naciones Unidas
y en aquella
época en el departamento de Estado, preparándolo para convertirse
en futuro
jefe de Estado (desde el año pasado Hashim Thaci es de hecho el
presidente
de lo que el ex-presidente serbio Vojislav Kostunica ha llamado
acertadamente el primer Estado OTAN del mundo. También es el más
reciente
narco-Estado).
Tras los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos
la
casa Blanca elevó a las FARC a la cima de la lista de sus objetivos
en la
llamada Guerra contra el Terrorismo a pesar de que está más
allá de la
capacidad de cualquier persona sana para discernir o comprender saber
qué
papel pudo haber desempeñado las FARC en los ataques de Nueva York
y
Washington D.C..
Para 2002 la administración Bush había desechado la mayoría
de las razones
de la guerra contra la droga y "el Congreso aprobó una ley
para permitir que
la ayuda militar estadounidense a Colombia se utilizara en una 'campaña
unificada' contra las drogas y el terrorismo" y para 2008 "seis
años y 5.000
millones de dólares después, el ejército colombiano
es la fuerza de combate
más cualificada de América Latina" [9].
Las "operaciones especiales de adiestramiento estadounidenses proporcionaron
muchas de las destrezas que mostraron 'el camino para abrir la puerta
de
esas remotas localizaciones en la jungla que en el pasado eran inaccesibles
al gobierno colombiano'. Se crearon unidades militares, incluyendo la
Brigada Comando. Se establecieron ocho unidades de inteligencia regional
con
aviones de reconocimiento y punteras comunicaciones cielo-aire. Se creó
tanto una Escuela de Inteligencia como un Centro de Contrainteligencia"
[10].
Días antes de cesar en su cargo, George W. Bush concedió
la Medalla de la
Libertad al presidente colombiano Alvaro Uribe, al que los rumores habían
vinculado con el antiguo cártel de Medellín y cuyo hermano
Santiago está
acusado de narcotráfico y de conexiones con los escuadrones de
la muerte.
Quizá anticipando este honor y en correspondencia a la persona
más
responsable del Plan Colombia y a las crecientes operaciones militares
tanto
en las fronteras de Colombia como dentro del país, Alvaro Uribe
anunció que
iba a conceder a Bill Clinton el premio "Colombia es Pasión"
"en una sesión
de gala ...en Nueva York" por "creer en nuestro país
y animar a otros a
hacer lo mismo".
"Destacados demócratas de la lista de invitados incluyen a
los ex-estrategas
de Clinton, Dick Morris y Vernon Jordan, a los ex-miembros del gobierno
Clinton Lawrence Summers y Madeleine Albright, y a varios congresistas
demócratas", la mayoría de los cuales tuvieron la habilidad
de supervivencia
política de no asistir [11].
Poco antes ese mismo año "la víspera de una visita
del presiente
estadounidense George W. Bush" y sin fingir ya una guerra contra
la droga
"soldados estadounidenses y colombianos llegaron en helicóptero
a la ciudad
sureña de Cartagena del Chaira, una plaza fuerte de las FARC ..."
[12].
Como se ha minimizado la cuestión de los narcóticos, el
componente de los
derechos humanos ha sido relegado al reino de la efímera manipulación
de
relaciones públicas.
En febrero de 2007 el hermano de la ministra colombiana de Asuntos
Exteriores Maria Consuelo Araujo, el senator Alvaro Araujo, fue arrestado
por su relación con el grupo paramilitar Autodefensas Unidas de
Colombia
(AUC).
A Uribe esto no le afectó y afirmó: "Cuando me preguntan
por qué mantengo a
la ministra de Exteriores respondo: no está implicada en actividades
criminales que estén siendo investigadas" [13].
El Plan Colombia ha entrado en su décimo año. En los años
transcurridos no
han disminuido en lo más mínimo las masacres abiertas y
encubiertas del
gobierno y de los paramilitares (algunas demasiado espeluznantes para
contarlas) y si bien el cultivo y exportación de droga se ha visto
parcialmente afectado, no se ha visto afectado sustancialmente por lo
que
cuando conviene se sigue denominando todavía programa de erradicación
de la
droga.
A pesar de afirmarse que era una guerra contra la droga, las actividades
del
Plan Colombia tanto dentro como fuera del país se llevaron a cabo
con otros
propósitos.
*Colombia: la base del Pentágono en la región andina*
Desde su inicio tenía el objetivo de ser más que una intensificación
de una
guerra de contrainsurgencia de décadas de duración en Colombia
y ser la
primera salva de una campaña estadounidense para intensificar la
militarización de la región andina. Los planes de la Casa
Blanca y el
Pentágono de utilizar a Colombia como fuerza militar regional y
base
operativa para vigilar América de Sur han ganado una nueva urgencia
para
Washington con las transformaciones políticas en Venezuela, Bolivia,
Ecuador, Argentina y Paraguay que presagian el fin de la dominación
política, económica y militar estadounidense del continente.
En su primer año de existencia, 2001, un avión de la Fuerzas
Aéreas Peruanas
derribó un avión civil divisado por un avión estadounidense
pilotado por
contratistas de la CIA que llevaba a bordo a la misionera estadounidense
Veronica Bowers y su hija, y murieron ambas además del piloto.
Para 2006 Estados Unidos había duplicado la cantidad de adiestradores
y
asesores militares estacionados en Colombia y ese mismo año aviones
colombianos empezaron violando el espacio aéreo del vecino Ecuador.
En
apariencia estos aviones, a bordo de los cuales no habría sido
raro que
hubiera personal estadounidense, llevaban a cabo misiones de fumigación.
El gobierno ecuatoriano denunció estas acciones como "poco
amistosas y
hostiles" y el "ministro de Defensa Marcelo Delgado afirmó...que
aviones del
ejército sobrevolarían sus fronteras para impedir que los
aviones
colombianos entraran en el espacio aéreo de Ecuador...." [14].
En diciembre de 2006 no sólo aviones colombianos cruzaron la frontera.
A
finales del mes "unos 40 colombianos...huyeron hacia Ecuador atravesando
la
frontera después de haber sido atacados por soldados colombianos",
informó
la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados
(UNHCR, en sus siglas en inglés) en Ecuador [15].
Doce meses antes quince colombianos fueron asesinados y 1.500 desplazados
en
la provincia de Narilo al sur del país, en la frontera con Ecuador.
"Las
autoridades permanecieron en silencio en relación a si esto era
una
operación militar contra luchadores de la guerrilla o una disputa
entre
grupos paramilitares" [16].
A principios de 2007 el general de marines Peter Pace, entonces presidente
de la Junta de Jefes del Estado Mayor, viajó a Colombia y pasó
dos días
reunido con los dirigentes políticos y militares del país.
Poco después, el
ministro de Defensa colombiano Juan Manuel Santos (sobre el que se hablará
más adelante) devolvió el favor y visitó el Pentágono
donde se reunió con el
secretario de Defensa estadounidense Robert Gates. Un informe de la visita
del departamento de Defensa citaba a altos cargos del Pentágono
afirmando
que "el apoyo militar estadounidense a Colombia, antes centrado en
combatir
la droga, se ha ampliado a ayudar al ejército colombiano a enfrentarse
a la
insurgencia rebelde del país" y que "soldados de las
fuerzas especiales
estadounidenses en Colombia proporcionan adiestramiento militar a las
fuerzas de Colombia...."[17]
Cinco meses después Colombia construyó una tercera base
militar en su
frontera de 2.219 kilómetros con Venezuela e inicialmente estacionó
a 1.000
soldados en ella.
Colombia se ha convertido en el puesto de avanzada de Washington para
hacer
frente y amenazar tanto las fronteras del sudoeste de Ecuador como la
del
noreste de Venezuela.
También forma parte de una estrategia cuya naturaleza y alcance
supera lo
regional e incluso lo continental.
*América del Sur: el sexto continente de la OTAN*
Desde la implementación del Plan Colombia en 2000 Estados Unidos
ha alistado
a varios aliados de la OTAN para la guerra de contrainsurgencia y para
propósitos más amplios en la región. Personal de
las SAS británicas
(Servicios Aéreos Especiales) ha sido destinado al ejército
colombiano para
funciones de adiestramiento y el ejército español también
envió personal.
La OTAN tiene miembros en Europa y América del Norte, y socios
en Asia
(Afganistán, Japón, Kazajastán, Kurgistán,
Mongolia, Pakistán, Singapur,
Corea del Sur, Tajikistán, Turkmenistán y Uzbekistán)
y África (Argelia,
Egipto, Mauritania, Marruecos y Túnez) y Australia.
América del Sur es el único continente habitado en el que
todavía no ha
penetrado.
En enero de 2007 el jefe colombiano de Defensa Santos viajó a Washington,
Londres y Bruselas, "para mantener conversaciones con la Unión
Europea"en
estas última ciudad y, a continuación, a Munich, Alemania,
"para una reunión
con los ministros de defensa de la OTAN" [18]. Por supuesto, Santos
hizo
esta gira para cosechar más ayuda militar de Estados Unidos y sus
aliados de
la OTAN. Se ha informado que la Unión Europea ha concedido154 millones
anuales desde aquel año.
En septiembre de 2005 el presidente venezolano Hugo Chávez advirtió
que "por
medio del trabajo de la inteligencia descubrimos un ejercicio militar
de
OTAN de una invasión de Venezuela y nos estamos preparando para
esta
invasión".
Detalló que el plan consistía en un "ejercicio militar
... conocido como
Plan Balboa [que] incluye hacer ensayos de ataques simultáneos
por aire, mar
y tierra en una base militar en España en los que participan soldados
estadounidenses y de países de la OTAN" [19].
También participaban en la
operación tropas estadounidenses desplegadas en el enclave holandés
de
Curaçao al noroeste de la costa de Venezuela.
En la primavera del año siguiente se informó de que "se
están llevando a
cabo maniobras militares en el Caribe por parte de Estados Unidos, miembros
de la OTAN y países del hemisferio, excluyendo a Cuba y Venezuela,
que son
objetivos potenciales de esta demostración de fuerza", y que
inmediatamente
después "en futuros ejercicios participarán aproximadamente
4.000 soldados
de Estados Unidos, Holanda, Bélgica, Canadá y Francia, que
está programado
que participen en una maniobra llamada León Conjunto del Caribe,
que tendrá
lugar entre el 23 de mayo y el 15 de junio en Curaçao y Guadalupe"
[20].
*La guerra de contrainsurgencia colombiana, un modelo para el sur de Asia
y
Centro América*
Durante los últimos siete años Estados Unidos también
ha reclutado y
desplegado a fuerzas de seguridad y militares colombianas para la guerra
de
Afganistán, supuestamente para reproducir el componente de la guerra
contra
la droga del Plan Colombia en el sur de Asia.
En abril de 2007 Washington trasladó a Afganistán a su embajador
en
Colombia, William Wood, para supervisar la aplicación del modelo
colombiano
de contrainsurgencia disfrazado de lucha contra el cultivo de droga. Dos
años después se calcula que Afganistán representa
el 90% de la producción
ilegal de opio del mundo.
Un analista de Bangladesh observó que "según cifras
de 2003, el tráfico de
droga constituye el tercer artículo a nivel mundial en términos
de dinero
tras el comercio de petróleo y de armas.
Afganistán y Colombia son las principales economías mundiales
productoras de
droga, que alimenta una floreciente economía criminal. Estos países
están
fuertemente militarizados y en ellos el tráfico de droga está
protegido.
Está ampliamente documentado que la CIA ha desempeñado un
papel fundamental
en el desarrollo de los triángulos de la droga tanto de América
Latina como
de Asia.
LA OTAN, como entidad, se ha convertido en cómplice de una importante
proliferación de narcóticos y de actividad criminal. Realmente
no se está
reduciendo el opio: de hecho, todas las cifras demuestran que está
aumentando. Como han confirmado varios informes, esto está ocurriendo
bajo
los ojos de la OTAN" [21].
Las estaciones intermedias entre Afganistán y Colombia son Kosovo,
no sin
razón apodado la Colombia de los Balcanes, y, cada vez más,
Iraq.
Es imposible ignorar este modelo.
Irónicamente dada la cita anterior, BBC News informó hace
dos años que
"Estados Unidos espera que algunas de las lecciones aprendidas en
Colombia
se puedan aplicar a Afganistán...." [22].
El pasado enero el actual jefe de la Junta de Jefes del Estado Mayor
estadounidense, el almirante Michael Mullin, visitó Colombia y
declaró:
"Nuestra relación ejército a ejército es extraordinariamente
fuerte.
Necesitamos estar con ellos. Hemos logrado cosas que son extraordinarias"
[23].
Este mes de marzo Mullin viajó a Colombia, Brasil, Chile, Perú
y México. Al
volver sus comentarios se resumían en la afirmación de que
"el ejército
estadounidense está dispuesto a ayudar a México en su mortífera
lucha contra
los cárteles de la droga con algunas de las tácticas de
contrainsurgencia
utilizadas contra redes militantes en Iraq y Afganistán" [24]
y que "el
paquete de ayuda del Plan Colombia podía ser un modelo 'englobante'
para
Pakistán y Afganistán...." [25]
Un artículo sobre los planes para las guerras en Iraq, Afganistán
y Pakistán
del jefe del comando central estadounidense David Petraeus informaba de
que
"los oficiales del ejército también están considerando
las relaciones
estadounidenses con Colombia como un posible modelo para Afganistán
y
Pakistán, afirmando algo como que la estrategia del Plan Colombia
de
Washington podría ayudar a ambos países contra los militantes"
[26].
El informe del que se ha extraído la cita anterior, "Estados
Unidos ve en
Colombia lecciones para la guerra afgana", incluye también
lo siguiente: "La
policía afgana ya se ha estado adiestrando con sus homólogos
colombianos y
Bogotá está estudiando enviar tropas a Afganistán
para ayudar con la
erradicación [de la droga] y a quitar las minar" [27].
Lo que se está exportando a Afganistán se hizo asquerosamente
evidente el
pasado otoño cuando se anunció que Colombia había
destituido a tres
generales y 22 soldados de diferentes rangos por el asesinato, al parecer
gratuito, de jóvenes habitantes de las barriadas de Bogotá:
"Los jóvenes
fueron llevados a Bogotá engañados con la promesa de trabajo;
posteriormente
sus cuerpos fueron encontrados en fosas comunes cerca de la frontera con
Venezuela. Grupos de derechos humanos afirman que los soldados a veces
matan
a personas indefensas para poder inflar sus afirmaciones de éxito
en la
batalla y promocionar" [28].
Entre los tres generales a los que se pidió dimitir estaba el general
Mario
Montoya Uribe, "el autor de la política de utilizar las cifras
de muertos
para medir el éxito contra la guerrilla" [29] que "supuestamente
fomentó
promocionar a oficiales cuyas unidades habían matado a más
rebeldes de
izquierda" [30].
Un informe posterior proporcionaba detalles horripilantes: "Se están
investigando más de 1.000 casos de asesinatos ilegales por parte
de los
militares. Hay decenas de casos de soldados que apresan a hombres inocentes,
los asesinan y los visten como combatientes enemigos. Se cree que cientos
de
miembros de las fuerzas de seguridad han participado en estas actividades"
[31].
En referencia a esto recuerden que el informe anterior afirma que los
asesinados fueron enterrados en fosas comunes cerca de la frontera
venezolana.
Con el ataque de este año del ejército de Sri Lanka contra
las plazas
fuertes de los Tigres Tamiles que supuestamente ha acabado con la guerra
de
33 años, el gobierno colombiano y sus suministradores militares
estadounidenses están emprendiendo la única guerra de contrainsurgencia
del
mundo de décadas de duración, una guerra que entra ahora
en su quinta
década.
Ha sido y sigue siendo una guerra contra los pobres, los sin tierra, las
personas privadas de derecho de representación, contra cualquiera
que se
oponga a los privilegios y abusos de los terratenientes, de la elite de
los
negocios, al ejército adiestrado por Estados Unidos y a las más
altas
esferas de las narcomafias.
Hace nueve años el Plan Colombia se diseñó para ser
la fase terminal de esta
guerra.
El modelo de Colombia es ahora el prototipo que Washington ha identificado
abiertamente para ser aplicado en Afganistán, Pakistán y
México entre otros
lugares.
*Plan Colombia: frenar a la renaciente América del Sur*
Además, ahora el Plan Colombia se revela cada vez más como
una estrategia
militar para suprimir una creciente oleada de descontento con las secuelas
del neoliberalismo posterior a la Guerra Fría que se está
suscitando por
toda América del Sur y Central, y el Caribe.
Estados Unidos y Occidente en su conjunto han utilizado al régimen
colombiano y su formidable máquina militar para intimidar a sus
vecinos
Ecuador y Venezuela, y a la región andina en su conjunto. Al hacer
frontera
con Panamá, Colombia también es una potencial plataforma
de lanzamiento de
ataques a naciones de América Central como Honduras, Nicaragua
y El
Salvador.
Una breve cronología del pasado año y medio demostrará
el destacado papel
que sus patrocinadores en Washington han pensado para Colombia.
En enero de 2008 el presidente venezolano Chávez afirmó
que Estados Unidos y
su cliente colombiano "no quieren la paz en Colombia porque es la
excusa
perfecta para tener aquí a miles de soldados, a la CIA, las bases
militares,
aviones espías y quién sabe qué otras operaciones
contra Venezuela". Y
añadió: "Acuso al gobierno de Colombia de conspirar,
de actuar de títere del
imperio estadounidense, de planear una provocación contra Venezuela"
[32].
El 1 de marzo de 2008 Colombia emprendió un ataque dentro de Ecuador
y mató
a 24 supuestos miembros de las FARC, incluyendo a la segunda persona al
mando del grupo Raúl Reyes.
Un artículo titulado "Altos cargos colombianos afirman que
la inteligencia
estadounidense ayudó en el ataque contra los rebeldes" informaba
de que "las
fuerzas aéreas de Ecuador descubrieron que Colombia utilizó
bombas de 500
libras similares a las usadas por el ejército estadounidense en
Iraq, que no
pueden ser transportadas por aviones colombianos. Las autoridades
ecuatorianas también indicaron que horas antes del bombardeo aéreo
colombiano había despegado de la base estadounidense de Manta,
al sureste de
Ecuador, un avión militar HC-130" [33].
Temiendo que la incursión armada dentro de Ecuador formara parte
de una
agresión más amplia Venezuela desplegó a unos 9.000
soldados en su frontera
con Colombia. El día del ataque el presidente venezolano Chávez
advirtió a
su homólogo colombiano "ni piense en hacer eso aquí
porque sería muy grave,
sería motivo de guerra" [34].
Después del ataque el presidente ecuatoriano Rafael Correa rompió
las
relaciones diplomáticas con Colombia y cuando más tarde
se descubrió que el
bombardeo había matado a un ciudadano ecuatoriano advirtió
de mayores
consecuencias.
El 6 de marzo Venezuela decretó un estado general de alerta y envió
a diez
batallones, aviones y tanques a la frontera con Colombia.
El presidente estadounidense Bush declaró a los periodistas que
"Estados
Unidos seguirá estando al lado de Colombia" [35].
Tres semanas después Ecuador anunció que "instalaría
un equipo de vigilancia
electrónica y aumentaría su presencia militar en su frontera
con Colombia" y
el presidente Correa advirtió que su país "nunca más"
permitiría un ataque
extranjero contra su territorio[36].
*Ejército estadounidense: después de Iraq, América
Latina*
También en abril de 2008 el director de operaciones de las Fuerzas
Aéreas
Estadounidenses del Sur, el coronel Jim Russell, defendió que las
tropas que
se estaban retirando de Iraq fueran redesplegadas en el Comando Sur del
Pentágono que comprende América del Sur y Central, y el
Caribe. En aquel
momento declaró: "Creemos que mientras avanzamos veremos un
mayor giro en la
atención a la zona. Estamos viendo problemas a la misma entrada
de América
Central. Esta es la puerta de entrada a nuestra frontera sur" [37].
El 12 de julio de 2008 la marina estadounidense restableció a la
Cuarta
Flota, que abarca América del Sur y Central, y el Caribe lo mismo
que el
Comando Sur del Pentágono, después de que se retirara en
1950 tras la
Segunda Guerra Mundial.
A principios de este año el jefe del Comando Sur, el almirante
James
Stavridis, se convirtió en Comandante Supremo Aliado de la OTAN
y jefe del
Comando Europeo del Pentágono. Tres de los últimos cinco
altos comandantes
militares de la OTAN (Stavridis, su predecesor Bantz John Craddock y Wesley
Clark) fueron trasladados a la jefatura del Comando Sur.
Anticipando claramente lo que ha ocurrido esta semana, en mayo de 2008
Venezuela advirtió a Colombia que no permitiría una nueva
base militar
estadounidense en La Guajira cerca de la frontera con el noroeste de
Venezuela. Chávez afirmó: "No permitiremos que el gobierno
colombiano dé La
Guajira al imperio. Colombia está lanzando una amenaza de guerra
contra
nosotros" [38].
Menos de una semana después un avión de guerra estadounidense
penetró en el
espacio aéreo de Venezuela en un vuelo desde las Antillas holandesas.
El
gobierno venezolano acusó a Estados Unidos de espiar en una base
militar en
la Isla de Orchila y "afirmó que Estados Unidos está
probando la capacidad
de Venezuela de detectar intrusos y que las fuerzas aéreas venezolanas
estaba preparadas para interceptarlo de no haber vuelto el avión
hacia la
isla caribeña de Curaçao" [39].
El ministro [venezolano] de Defensa Gustavo Rangel afirmó que "éste
es sólo
el último paso de una serie de provocaciones en las que quieren
implicar a
nuestro país" [40].
En septiembre una sangrienta emboscada separatista mató a ocho
personas en
la provincia boliviana de Pando. El gobierno expulsó al embajador
estadounidense Philip Goldberg, un veterano en apoyar violentos
levantamientos separatistas anteriores en Bosnia y Kosovo. El jefe de
las
fuerzas armadas de la nación, el general Luis Trigo, advirtió
que "la
Fuerzas Armadas Bolivianas advirtieron el viernes que no tolerarán
ninguna
acción más de grupos radicales o interferencias extranjeras
en los asuntos
internos del país" [41].
A finales de 2008 Bolivia expulsó a los agentes de la agencia contra
la
droga estadounidense, la DEA, y más tarde anunció sus planes
de comprar
helicópteros rusos para operaciones anti-narcóticos.
El presidente boliviano Evo Morales declaró hoy [23 de julio]:
"Tengo
información de primera mano de que el imperio, por medio del Comando
Sur
estadounidense, realizó el golpe de Estado de Honduras" [42].
En octubre de 2008 Ecuador acusó a la CIA de infiltrarse en su
ejército y
reconoció el ataque colombiano a su territorio el mes de marzo
anterior. El
ministro de Defensa Javier Ponce declaró en los periódicos:
"La CIA conoce
perfectamente lo que está pasando en Angostura" [43].
Al mismo tiempo el ministro colombiano de Defensa Santos amplió
la
belicosidad de su nación dirigiéndola contra Rusia. Actuando
completamente
como la criatura de Washington y de su ejército que es, Santos
afirmó: "Con
sus 16.000 bombas nucleares Rusia tienen un enorme deseo de ser un actor
clave en el mundo. Pero su presencia en la región promoverá
una vuelta a la
Guerra Fría" [44].
Santos aludía en particular a los recientes ejercicios navales
ruso-venezolanos en el Caribe y al hecho de que Rusia ha suministrado
a
Caracas armas avanzadas, aviones de guerra y submarinos, lo que refleja
una
tendencia general entre las naciones de América Latina (incluyendo
Bolivia,
Ecuador, Argentina y Nicaragua) a aumentar sus relaciones militares con
Rusia como contrapeso a la tradicional dominación estadounidense
de sus
fuerzas armadas y para ser capaces de defenderse contra ataques
estadounidenses y por medio de intermediarios. Lo que Santos y sus
patrocinadores estadounidenses temen es la desaparición real de
casi
doscientos años de Doctrina Monroe.
El pasado mes de marzo el presidente venezolano Chávez calificó
al ministro
colombiano de Defensa Santos de ser "una amenaza para la estabilidad
regional" y "una amenaza para la estabilidad y soberanía
de los países de la
región" que "vuelve a demostrar su desprecio por el derecho
internacional",
en referencia a la defensa que hizo Santos del ataque dentro de Ecuador
del
año pasado [45].
Santos reiteró su intención de seguir atacando supuestos
emplazamientos
rebeldes en los países vecinos, lo que provocó está
respuesta de Chavez
pocos días después: "En caso de una provocación
de parte de las fuerzas
armadas de Colombia o de violaciones de la soberanía de Venezuela,
daré
orden de atacar con el avión Sukhoi y tanques. No permitiré
a nadie ofender
a Venezuela y su soberanía" [46].
En los últimos meses el Pentágono ha estado adiestrando
a las fuerzas
armadas de Guyana, el vecino del este de Venezuela, tanto dentro de ese
país
como en Estados Unidos. Ya hemos examinado el uso de posesiones francesas
y
alemanas en el Caribe para propósitos militares. Con la elección
de Ricardo
Martinelli como presidente de Panama el pasado mes de mayo, lo que supone
la
vuelta de este país a las filas de Estados Unidos, el lazo en torno
a
Venezuela se está estrechando.
Ecuador rechazó renovar un acuerdo con Estados Unidos para el uso
de su base
militar de Manta con lo que este mes Washington pierde sus derechos a
usar
la base. Con el correspondiente anuncio la semana pasada del presidente
colombiano Uribe de que entregaba cinto bases más al Pentágono
(tres campos
de aviación y dos bases navales) el presidente Chávez estaba
en lo cierto al
considerar este paso "una amenaza contra nosotros" y advirtió
que "están
rodeando Venezuela con bases militares" [47].
Desde el derrocamiento del presiente hondureño Manuel Zelaya el
28 de junio,
dirigido por comandantes militares adiestrados en la Escuela de las
Americas, se han disparado las alarmas en América Latina y por
todo el mundo
de que el golpe, lejos de ser una aberración o un anacronismo,
pueda
establecer un precedente para más [golpes] en un futuro cercano.
Y exactamente igual que en los últimos meses de la presidencia
de Bush y en
los primeros siete meses de la actual presidencia, las operaciones militares
en Afganistán, a las que durante cinco años se dio una importancia
secundaria en relación a Iraq, se han intensificado hasta convertirse
en el
principal frente de guerra del mundo, así que puede que se esté
planeando
reavivar los planes de una agresión directa estadounidense en América
Latina, planes latentes desde la invasión de Panamá en 1989.
Notas
1) Russia Today, 18 enero de 2009
2) Ibid
3) STRATFOR, 14 enero 2000
4) Ibid
* N. de la t.: La expresión "flecha del parto" ("the
parthian shot" en
inglés) se refiere a una costumbre guerrera de los jinetes partos
de la
Antigüedad que simulaban huir a galope tendido y en un momento dado
disparaban sus flechas hacia atrás y por encima del hombro, con
lo que
diezmaban a sus confiados perseguidores. La expresión se utiliza
para
describir ese metafórico disparo final puede ser un gesto,
una frase
hiriente, una revelación penosa que quiere lastimar irreparablemente
en el
momento de cerrarse una puerta que se supone definitiva.
5) Ottawa Citizen, 6 de septiembre 2000
6) Inter Press Service, 21 diciembre de 2000
7) Ibid
8) United Press International, 11 de abril de 2000
9) Tampa Bay Times, 12 de julio 2008
10) Ibid
11) Associated Press, 24 de mayo de 2007
12) Associated Press, 10 de marzo de 2007
13) Xinhua News Agency, 18 febrero de 2007
14) Xinhua News Agency, 16 de diciembre de 2006
15) Xinhua News Agency, 27 de diciembre de 2006
16) Xinhua News Agency, 20 enero de 2006
17) U.S. Department of Defense, 1 de febrero de 2007
18) Reuters, 29 enero 2007
19) Australian Associated Press, 4 de septiembre de 2005
20) Prensa Latina, 10 abril de 2006
21) The Daily Star, 24 de noviembre de 2007
22) BBC News, 8 julio de 2007
23) Agence France-Presse, 17 de enero de 2008
24) Reuters, 6 de marzo de 2009
25) Reuters, 5 de marzo de 2009
26) Reuters, 16 de octubre 2008
27) Ibid
28) Radio Netherlands, 30 de octubre de 2008
29) Russia Today, 18 de enero de 2009
30) Trend News Agency, 4 de noviembre de 2008
31) Russia Today, 18 de enero de 2009
32) Reuters, 25 enero de 2008
33) Focus News Agency, 24 de marzo de 2008
34) Associated Press, 1 de marzo de 2008
35) Reuters, March 4 de marzo de 2008
36) Associated Press, 22 de abril de 2008
37) Stars and Stripes, 27 de abril de 2008
38) Associated Press, 15 mayo de 2008
39) Bloomberg News, 21 de mayo 2008
40) Reuters, 19 mayo de 2008
41) Xinhua News Agency, 13 de septiembre de 2008
42) Agence France-Presse, 22 de julio de 2009
43) Reuters, 30 de octubre de 2008
44) Russian Information Agency Novosti, 4 de octubre de 2008
45) Trend News Agency, 4 de marzo de 2009
46) Russian Information Agency Novosti, 9 de marzo de 2009
47) Associated Press, 21 de julio de 2009
publicado el 23 de
julio de 2009 en
Enlace con el original:
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