LA NIEVE DE BERLIN SORPRENDE A SHAMANES ECUATORIANOS!

Berlín, Marzo,Walter Trujillo.- Para muchos alemanes al mirar pasar los shamanes ecuatorianos, se preguntan, qué raros?, vienen de algún carnaval!, son de algún grupo de baile o de danza!. Lo que muy pocos no saben, es que estos dos hombres en verdad son dos personajes dentro de sus comunidades o naciones, son dos hombres que han dedicado toda su vida a su formación de shamanes o Uwishines, son dos hombres que hablan con las plantas y espíritus o simplemente son curanderos, cuya misión es curar y liberar a la gente de sus energías negativas o enfermedades.

 

Jaime Aguavil C., miembro de la comunidad Tsáchila, curandero, naturista y vegetalista. Empezó su formación de shaman a los 9 años, su maestro fue el gran Abraham Calazacón. Aguavil ha viajado por muchos países, es un verdadero defensor de la cultura y los valores de su pueblo. Actualmente se encuentra organizando la construcción de un centro de recuperación cultural y antropológica, donde las jóvenes generaciones puedan continuar con las enseñanzas, costumbres y tradiciones del pueblo tsáchila.

Tzamarenda Naychapi, un Shuar Uwishin, un mensajero de su pueblo, su misión es difundir los valores culturales de su pueblo, participa en conferencias. Efectúa curaciones a lo largo de todo del mundo. Aunque para muchos les puede parecer farsa o cuento, en sus prácticas esta plasmada las enseñanza milenaria de un pueblo, que se niega a ser asimilado o conquistado. Su aprendizaje como Uwishin empieza a la edad de 3 meses, cuando su abuelo, percibe sus actitudes y posibilidades. Tzamarenda cuando cuenta las leyendas o momentos históricos de su pueblo, se le llenan los ojos de esperanza, ilusión y vitalidad.

 

Actualmente los Shuaras y Tsáchilas, buscan su autodeterminación, libertad, la educación bilingüe o trilingüe. Han creado centros shuaras o sachilas, con el objetivo de proteger sus rasgos culturales y la transmisión de los conocimientos de padres a hijos o de generación a generación, formar profesionales al servicio de la comunidad, que garanticen el bienestar y el desarrollo de las etnias

Estos pueblos y el resto de pueblos de indígenas del Ecuador hacen un llamado a las ONGs preocupadas por el tema indígena, a los científicos, turistas a nivel nacional e internacional. Que se les reconozca la administración y autonomía de sus territorios, la jurisdicción de sus organizaciones sociales y políticas, se les tomen en cuenta cuando se organizan o se planifican programas o proyectos donde los indígenas son elemento esencial. Los pueblos indígenas no son museos, ni piezas arqueológicas raras, sino pueblos que tiene una dinámica y evolución permanente.

Los Tsáchilas, los Shuaras con su magia, tradición, costumbres y ritos legendarios hacen de Ecuador, un paraíso único y encantador, que supera a cualquier edificio sofisticado, monumento perfecto, diversiones modernas o montaña mecánica.

A estos pueblos no se los puede utilizar como atracción turística, debemos canalizar cualquier forma de turismo, para su progreso y desarrollo .
Estos grupos étnicos merecen el respeto y la protección estatal
y mundial para evitar su extinción.

 

LOS TSACHILAS

La Nación Tsáchila, se los identifica erróneamente con el nombre de colorados, debido al predominio del color rojo en sus cuerpos, el color rojo significa vida, protección mágica.
En verdad estos hombres pertenecen a la etnia Tsáchila, su lengua es el Tsafiqui, significa la verdadera palabra y Tsáquila, significa hombres verdaderos. Los Tsáchilas se ubican en el cantón de Santo Domingo de los Colorados, en la Provincia de Pichincha. En la actualidad apenas son 1400 habitantes, distribuidos en ocho comunidades. Los Tsáchilas han sido producto de la penetración de los colonos, mestizos y negros, turistas, debido a la rareza que ellos representan, y muchas veces sus enseñanzas has sido mal utilizados por charlatanes o falsos shamanes.

Se ha perdido a autosuficiencia de este pueblo de vivir de la casería, recolección de frutos y agricultura de autoconsumo. Sus territorios han sido reducidos de 14.000 hectáreas a 9.000 hectáreas. Los colonos han expropiado sus territorios a la fuerza o utilizando mecanismos jurídicos fraudulentos. Sus territorios han sido utilizados para la siembra de la palma africana.

Esta invasiones y expropiaciones han obligado al cambio social, cultural y económico de los Tsáchilas, perdiendo su organización estatal, para dar paso a una organización reconocida por el estado, no con shamanes o ancianos a la cabeza, como es en la amazonía, sino dirigida por gobernadores o tenientes políticos de la comunidad. Se les ha obligado a perder su identidad y han sido asimilados cultural y de forma religiosa. Su cultura ha sido utilizada, sólo con fines turísticos.

El territorio tsáchila otrora selva virgen, atravesada por ríos y riachuelos, llenos de peces y tortugas, rodeada de bosques hermosos, que parecían jardines tropicales; con animales salvajes como el Tapir, Jaguar, monos, tucanes, etc. Hoy esta región que alguna vez fue definida como un prodigio de la naturaleza, se esta convirtiendo en tierras, donde prima la explotación de maderas finas, de plantas exóticas, los ríos han dejado de ser navegables por la falta de precipitaciones, los animales silvestres han muerto, presa de las enfermedades de los caballos y el ganado. Lentamente se ha convertido a esta región en haciendas privadas, llenas de café, cacao, palma africana, etc.

Los jesuitas en 1694 conquistaron espiritualmente a los Tsáchilas, pero en 1706, estos cedieron a los eclesiásticos seglares, en este entonces provocaron los tsáchilas una rebelión que fue sofocada con sangre, la erupciones del volcán pichincha, redujeron a los Tsáchilas considerablemente durante la Colonia, sin descontar la macabras acciones de control de Natalidad del Instituto lingüístico de Verano. No fueron sometidos por los incas, ni por los españoles hasta 1810, pagaban sus tributos al cura de manera voluntaria. Los tsáchilas a diferencia de muchas etnias amazónicas, son muy pacíficos y no practican la guerra.

La Nación Tsáchila está organizada en 8 comunidades: Chihuilpe, Cóngoma, Búa, Naranjos, Poste, Peripa, Tahuasa y Otonco Mapalí

La Población.- En cada asentamiento o recinto, hay un jefe o el gran miya, el poder es hereditario, en este caso sigue predominado la estructura de poder tradicional y no la organización que ha establecido el estado, de gobernadores y tenientes de cada comuna.
En cada recinto hay una casa donde vive el ancestro, su esposa y los últimos hijos, en las demás casas viven sus otros hijos, con sus esposas y sus descendencias. Entre los Tsáchilas existe un vínculo de sangre y de afinidad. Las casas están rodeadas de huertas y pequeñas plantaciones.

Socialmente es el anciano el que dirige cada unidad doméstica, sin embargo el Chaman, tiene una influencia muy notoria sobre la población. Los shamanes no sólo tiene la capacidad de curar, sino también de cambiar las suertes de las personas, cambiar sus energías, son consejeros en materia de amor y familiar. Su reputación ha trascendido la comunidad, hay mucha gente de las ciudades, extranjeros y turistas en busca de sus consejos y curaciones..

Distribución del trabajo, la división sexual del trabajo es muy débil, las mujeres se dedican a la alfarería, textiles. Los hombres a la tala, la quema de los árboles en la época seca, para prepara los cultivos a inicios de la estación lluviosa, la caza, la construcción de las casas.
En la agricultura y la pesca participan tanto las mujeres como los hombres.

Para los Tsáchilas al igual que para muchas etnias del amazonía, las enfermedades, no tiene origen natural, sino son causadas por las flechas mágicas del shamán. El tratamiento consiste en un ritual, donde se toma el népe, es una bebida preparada con plantas de poder, durante el ritual se baila y canta, hasta que el shaman consigue sacar la flecha del vientre del enfermo.

La cosmovsión de los tsáchilas ha sido muy influenciada por el catolicismo, sin embrago las creencias precristianas se conservan, al dios cristiano se le ha incluido dentro de los seres sobrenaturales que rigen el cosmos. El dios de los tsáchilas Diochi, es un anciano benévolo, que les da todo lo que les cuesta mucho trabajo en conseguir, como el banano o el maíz. El espíritu del mal Jukang, es el opuesto de Diochi, es un espíritu agresivo, se encuentra en las montañas, las aguas profundas, los animales salvajes, las tinieblas, etc.

Los tsáchilas tienen un sentido musical desarrollado, utilizan la marimba, instrumento hecho de chonta y bambú, la flauta de bambú, que tiene siete notas, el violín de madera , que tiene tres cuerdas de cabuya y el tambor.

Dentro de los grupos representativos tenemos a Shinopi Bolon T'sachila , ofrece una gama de costumbres y tradiciones, su cultura ancestral, además con ellos, se puede compartir la naturaleza, su comida, sus ritos, costumbres y bailes.

LOS SHUAR

Los Shuar están ubicados en la zona suroccidental de la Amazonía ecuatoriana, los ríos y riachuelos que nacen en los andes, desembocan en forma de cascadas, a este pueblo se le conoce como el pueblo de las cascadas , esta ideografía agreste ha impedido las invasión masiva de personas extrañas en sus territorios.

Esta étnía no se dejó conquistra por los españoles y se mantuvo autónoma por mucho tiempo, haciendo fracasar expediciones de los conquistadores españoles. A partir de 1590, se fundó la ciudad de Logroño, una colonia en sus alrededores, que inicio la comercializar con los shuaras. Se empezó la explotación del oro en esa región, sutilmente fueron subyugados y les impusieron tributos a pagar en forma de polvo de oro. En 1599, cuando se intento aumentar los tributos, se sublevaron cerca de 20.000 shuaras al mando de Quirruba, tomándose la ciudad, sacrificando al gobernador, al que le obligaron a deglutir oro fundido.

A partir del 1599 hasta mediados del siglo XIX, ningún propósito de colonización territorial o religiosa se hizo efectivo. A principios del siglo XX, los Salesianos se establecieron en Macas y con ellos grupos de colonos, provenientes de la sierra y costa. Empezaron a explotar el oro descubierto por los españoles, desarrollaron la ganadería y poco a poco ocuparon las huertas de los shuaras.

La colonización, la guerra de 1941, las enfermedades que traían los colonos, desbastaron la población y obligo al descenso de la población shuar. Los salesianos y protestantes consiguieron que el gobierno ecuatoriano adjudique territorios a los Shuaras, en el valle del Upano, a cambio de evangelizarlos. Es proceso de aculturación empezó acelerarse, en especial con los shuaras vecinos a los ciudades donde habitan los colonos.

Los shuaras se han visto amenazados por las empresas petroleras europeas y las misiones, que construyeron pistas de aterrizaje, influenciado la flora, la fauna del lugar y el hábitat y la mentalidad de los shuaras.

Las shuaras desde sus inicios se han dedicado a la caza de sajinos, monos, tucanes, palomas, etc.. Los instrumentos de caza, son las cerbatanas untadas de veneno. La pesca de la corvina, cangrejos, etc., se lo realiza con la mano, arpón, red, anzuelos, veneno o curare. Practican la recolección de larvas, hojas, palma y frutas. La agricultura de los shuaras es itinerante, esto significa que sus huertos son rotativos, los cultivan de tres a cinco años, evitando así la erosión. En sus huertos cultivan el plátano, maíz, yuca, zanahoria, maní, frutas, algodón, plantas medicinales, etc. La preparación de la huerta, la realizan los hombres, el cuidado, protección y el cultivo es casi exclusivo de las mujeres.

Dentro de la cosmogonía shuar, las plantas están dotadas de espíritu o wakani, que puede ser masculino o femenino, son cultivadas por los hombres y mujeres. La mayoría de las plantas son femeninas, por ejemplo: la yuca, el maní, la zanahoria, son de sexo femenino; el plátano, la chonta, las plantas de poder, el barbasco, son masculinas.

La cultura shuara al igual que muchas culturas andinas, rinden tributos a la madre tierra o Nungui, que es la madre de todo lo existente, plantas , animales y cosas. Los shuaras antes de empezar sembrar la yuca o el tabaco realizan fiestas y en sus casas celebran rituales en honor a Nungui, para asegurar las cosechas y evitar las pestes o plagas.

ESTRUCTURA SOCIAL, sus asentamientos son dispersos en la selva, su gente esta vinculada por lazos sanguíneos. La familia es la célula estructural de los shuaras. Los matrimonios se realizan entre parientes, pero no practican los matrimonios con los parientes de primer grado consanguíneo o incesto. Los shuaras son polígamos, sin embrago son pocos los hombres que tienen más de dos mujeres. Preferentemente un hombre se casa con las hermanas de su mujer, de esa manera se evita conflictos entre las mujeres, cosa que no pasaría cuando las esposas son extrañas.

ESTRUCTURA POLITICA, entre los shuaras es difícil establecer una jerarquía política, cada cabeza de la familia, es un jefe. Los jefes mayores o kakáram se los puede definir por el poder que estos poseen, o cantidad de espíritus o arútan. El Shaman ocupa un lugar especial dentro de la organización política de los shuaras. Los shuaras no creen en las enfermedades naturales, las enfermedades son causadas por las flechas o ptséntsak de los shamanes; los cuales por sus servicios espirituales o curativos, reciben regalos, en forma de alimentos o muchos padres entregan a sus hijas como parte de pago.

Para los shuaras la realidad cotidiana, es solo una manifestación del mundo sobrenatural. Los hombres poseen una alma, la cual no es eterna, pero se reencarna en animales o insectos.
Los espíritus que vuelven a las personas invulnerables, son los arútam, mientras los mésak, son los espíritus vengativos, que surgen de las personas asesinadas, que buscan venganza.. Esta es una de las razones para reducir las cabezas de las personas asesinadas o tzantzas, evitando asi que este espíritu se convierta en mésak, el espíritu se quede encerrado en la tzantza. Finalmente se organiza el ritual de la tzantza, para que el espíritu del asesinado retorne a su poblado de origen.

Fotos y artículos: Walter Trujillo
Fuente: Atlas Etnográfico Del Ecuador, Alba Moya, Quito - Ecuador, 2000