EJEMPLOS
DE HIPOCRESÍA Y MENTALIDAD COLONIAL
Max Murillo Mendoza.
El cura español
jesuita Iribarne, patrón de la radio fides y televisora fides,
se explaya todos los días desahogando su frustración por
vivir en un país que nunca respondió a sus coloniales expectativas.
Es un todólogo de la comunicación: puede comentar de física
nuclear como de fútbol, o de política como de cine; pero
sobre todo es un campeón de cómo disimular el odio, y de
cómo hacer comunicación religiosa de a poquito ideológicamente,
racistamente en un país que por supuesto nunca responderá
a su mentalidad colonial occidental. En uno de estos días, a propósito
del escándalo de dopaje del ciclista gringo Armstrong, escuché
en su radio sus típicos suspiros hipócritas: como
en Bolivia, ya no sé en qué creer y confiar. Ni en la política,
ni en la economía. Pero se olvidó decir también,
ni en la RELIGIÓN.
Estos curas españoles
siguen definitivamente considerando a Bolivia como su curia, como su hacienda
religiosa, donde tienen todo el derecho de despreciar, de recomendar,
de reclamar para que nos convirtamos en esclavos y obedientes siervos
de ellos. No de dios sino de ellos, porque para ellos dios sólo
es un mecanismo maquiavélico, ideológico, de mentalidad
conservadora que utilizan bien políticamente, en la manipulación
informativa
y política, como aliados estratégicos de las oligarquías
más conservadoras y anti nacionales. Iribarne es un espécimen
político eclesial que utiliza a la iglesia como institución,
para hacer política abierta en contra de cualquier gesto popular
que signifique cambio, o al menos modificación de costumbres conservadoras.
Es un militante neoliberal, declaraba abiertamente estar de acuerdo con
las políticas de Sánchez de Lozada, porque consideraba que
ese gringo modernizaba por fin a Bolivia. Luego renegó
de esas posturas cuando las masacres de los años 2.000 y 2.003;
pero hoy, ante algunas modificaciones y cambios en la línea popular
se siente amenazado y reacciona como es él esencialmente: un militante
neoliberal colonial eclesial.
La iglesia católica
es una sociedad casi mafiosa, donde conviven curas de ultraizquierda
y ultraderecha, y se soportan en función del poder eclesial, pues
todos son hermanos en dios. Lo paradójico es la convivencia de
extremos de ultraderecha y ultraizquierda en la misma casa, en el fondo
sólo les interesa el poder. Sin embargo, sus intereses y poderes
señoriales están muy bien cuidados por el poder económico
de manipulación hacia las poblaciones y países donde están.
Además, como en Bolivia, tienen el inmenso poder ideológico
en la religión, producto de la colonización. Saben de ese
poder y lo utilizan maliciosamente en sus intereses económicos
y políticos. Saben de las mentalidades conservadoras de las clases
altas y oligarquías cristianas; saben también de las mentalidades
religiosas populares. Es por supuesto un caldo de cultivo para sus manipulaciones
mentales. Es decir, como en la radio fides, la religión es central
en lo económico, político e ideológico. La religión
juega un papel central, como manipulación informativa, en lo político.
Sutil, disimulado, manipulado, hipócrita. Pero efectivo y con resultados
políticos, que es lo que se busca. En todo esto la radio fides
es absolutamente uno de los instrumentos más poderosos de contra
información que tienen las oligarquías
y las colonias extranjeras, como la española, en Bolivia.
Frente a este poder
manipulador religioso, ideológico, político y económico
sólo tenemos al Estado como sustento y espacio de protección,
en el sentido de poderes. Los ricos y oligarcas tienen a la iglesia católica.
La maquinaria de poder religiosa sigue siendo impune y terrible. Su ideología
es todopoderosa y se sustenta no en el pueblo, sino en
el poder de las oligarquías porque es su religión. Eso saben
perfectamente estos curas extranjeros. Ese es su sustento y poder transmitido
por todos los colegios católicos privados, que educan exclusivamente
a las clases medias, altas y oligarquías de este país. Es
decir educan bien a sus bases racistas y pigmentocráticas, es decir
con mentalidad anti boliviana y anti indígena. Por supuesto muy
piadosos, que dan limosna
a los pobres, rezan todos los domingos y de paso lavan los pies de andrajosos
en las navidades. Vale la pena educar en la piedad pero sin mezclarse
con la chusma o el pueblo. Vale la pena educar en los altos valores
cristianos, pero sin dejar de ser esclavos y sumisos. Porque no
se puede educar contra el poder, sobre todo contra el poder de la religión
que es, ha sido, y sigue siendo el opio del pueblo.
Cochabamba, 18
de enero de 2013, tomado de Tani Tani
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