LOS
DEL SUR SON CAMPEONES DEL FUTBOL EN COLOMBIA
Migrapress, julio-2006-Manuel
Palacios Latorre, Pasto Colombia.
Yo no sé si Migralatino sepa que "El Pasto" , el equipo
regional de primera liga, quedó campeón de la copa nacional
de fútbol, a mediados de junio del presente año. Pues es
la primera vez que El Pasto, después de 7 años de haber
ingresado a la liga de mayores.
Se pueden imaginarar la alegría para este sufrido pueblo, teniendo
en cuenta que El Pasto no tiene la plata necesaria como para comprar grandes
jugadores y siendo que se le consideraba y aún todavía se
le considera simplemente un equipo chico.
Bueno, como pueden ver a continuación, esto fue tema para que el
Señor Daniel Samper Pizano, director del periódico el Tiempo,
escribiera algunas líneas sobre el asunto, haciendo de paso alusión
a lo que Pasto y Nariño significan y han significado para el país.
Por mi parte, no me aguanté las ganas de remitirle un e-mail al
escritor, el cual muy amablemente me agradeció en un corto e-mail
días después. Y yo le dije, no se dice pastusos, sino pastenses,
tal como lo senala la Real Académia de la lengua Espanola.
Migralatino inicia una nueva sección en su revista en internet,
"Comunicación de Retorno", con comentarios y análisis
de la realidad latinoamricana, incluyendo puntos de vista diversos y cercanos.
Esperámos que estos materiales internacionalizados lleguen a los
grupos mas marginales de la América Latina y del mundo hispanohablante.
DANIEL SAMPER PIZANO.
Cambalache
LOS
PASTUSOS ANOTAN UN GOL A LA HISTORIA
(Junio 28 de 2006 Diario El Tiempo-Colombia)
Reivindicatorio
triunfo de una región sospechosa y marginada
La mejor noticia deportiva del momento no proviene de la Copa Mundo de
fútbol, sino de la coronación del Deportivo Pasto como campeón
colombiano. La gallardía de Santa Fe, que hace 31 años se
hizo a un lado para que otros pudieran emular sus seis estrellas, se ve
recompensada así por el triunfo de un conjunto ultramarginal. Marginal,
pues, aunque nació en 1949, hace apenas siete años juega
en primera división; ultramarginal, porque representa a una ciudad
y un departamento que tradicionalmente han sido mirados con sospecha o
desdén por los colombianos.
Sé que no es políticamente correcto decir lo anterior, pero
lo que más me atrae de Pasto y alrededores es su incorrección
política. Aunque no comparta muchas de las posiciones históricas
que ha asumido esa región, admiro su sentido de la autonomía,
su valor, su idiosincrásica rareza. Los pastusos -y con esto digo
los nariñenses-- fueron realistas durante la Guerra de Independencia,
y su rebeldía les costó sangre y desprecio. El país
aún ignora que la mayor masacre de civiles de nuestros anales la
cometió el general Antonio José de Sucre en la navidad de
1822 cuando, para vengar la derrota sufrida en Genoy veintidós
meses antes, entró a saco en Pasto y permitió que sus tropas
fusilaran, violaran, robaran y destruyeran a su antojo. Tres días
de vandalismo dejaron 400 muertos, en su mayoría civiles, mujeres
y niños. No hay que sorprenderse, pues, de que Sucre fuera asesinado
ocho años más tarde cerca de allí.
Pocas guerrillas tan corajudas vio Colombia como la del indio de La Laguna
Juan Agustín Agualongo, cuya lealtad al rey de España lo
indujo a enfrentarse a Bolívar hasta cuando fue preso y fusilado
por José María Obando en 1824. Dice el historiador granadino
Aníbal Galindo que, reclutados para los ejércitos libertadores,
muchos pastusos preferían ahogarse en los ríos antes que
combatir contra sus creencias.
Su tenaz resistencia le valió a Pasto toda suerte de diatribas.
"Ciudad infame y criminal que será reducida a cenizas",
anunció el Supremo Gobierno de Popayán. "Voy a instruir
que los principales cabecillas, ricos, nobles o plebeyos, sean ahorcados
en Pasto", escribió Francisco de Paula Santander. "Haced
lo posible por destruir a los pastusos", ordenó Bolívar.
Finalmente, cuando fue sometida la ciudad en 1822, el Libertador informó
así a sus compatriotas: "La infame Pasto ha vuelto a entrar
bajo las leyes tutelares de Colombia".
Ciento ochenta años más tarde, la región sigue pagando
penitencias. Las paga en forma de chistes, de atraso, de pobreza. Se necesitó
la guerra contra el Perú para que le tendieran una carretera decente,
y gracias a una devastadora epidemia de bartonellosis le construyeron
hospitales en 1940. Los pastusos doblegaron al pirata Bartolomé
Sharp en la costa tumaqueña en 1681; invadieron la zona fronteriza
ecuatoriana, guerrearon contra el presidente García Moreno y lo
detuvieron en 1862; también engrillaron a Antonio Nariño,
amarraron a López Pumarejo y los soltaron a ambos.
Comen cuy, hablan como serranos, oyen música andina, tienen más
sangre inca que cualquiera otra comunidad nacional, son espléndidos
anfitrones y amigos leales. Han aguantado dos siglos de burlas y desconfianza.
Pero ahora los reivindica su equipo de fútbol. Y con ellos, se
reivindica el fútbol de los pequeños y el espíritu
de los marginales. Déjenme declararme pastuso, aunque sea por un
día.
MI RESPUESTA AL PERIODICO EL TIEMPO:
CAMPAÑA PARA DESMITIFICAR A LOS HÉROES
Colombia, Pasto, Julio, Manuel Palacios Latorre.-
Señor
Daniel Samper Pizano, estimado paisano pastuso por un día.
Como primera medida y de manera sincera, le doy gracias por su noble opinión
y le felicito por su valor y por sus conocimientos de historia. Nunca
pensé poder leer algo así en el Tiempo. Solo quiero hacer
un breve comentario. Un amigo bogotano, historiador y filósofo
y ex magistrado que vive aquí en Pasto, pastuso por adopción,
dada mi incredulidad en tales asuntos, me puso a leer hace unos días
apartes de las obras completas (cartas) de Simón Bolívar,
en las cuales pude leer con gran estupor y sincera desilusión,
que Bolívar se las traía con los británicos y nada
tenia del romántico héroe de mi niñez.
Pude leer personalmente que Bolívar pretendía con su separación
de España, de manera directa e indirecta contribuir a la grandeza
del gran imperio británico, que veía con muy buenos ojos
su creciente influencia, como algo inminentemente positivo para un mundo
deseoso de mercancías británicas y británicos deseosos
de lo que los españoles para bien o para mal tenían.
A este punto quiero decir que no me extrañaría - es mi opinión
personal - si su famosa campaña no fue hecha con el favor y el
apoyo de los ingleses - alguna vez ya había escuchado el comentario
de que eso de los soldados descalzos de Bolívar era solo un cuento
y cosas por el estilo. Pero sí se sabe que él personalmente
mandó a someter Pasto y matar a sus habitantes en retribución
a su orientación realista, lo que tal parece ha motivado extrañas
interpretaciones sobre la "otredad" de los pastusos.
A mí personalmente no me extrañaría y eso hay que
argumentarlo muy bien, que en aquel entonces los pastusos fueran realistas,
pues tal parece que esa era para ellos la mejor alternativa. Yo en todo
caso y preferentemente sentiría recelo y lo sería ante la
perspectiva de ser sometido por un general (posteriormente héroe
y padre de la patria), de aquellos - como dice Eduardo Galeano en sus
"Memorias de Fuego" - que dejan discursos largísimos
a la hora de morir de raras enfermedades. Bolívar ha sido puesto
muy en alto sobre su pedestal por generaciones y generaciones, al igual
que el espíritu militar lo ha sido, lo que es de entenderse si
se trata de gestionar un mecanismo de reciclaje histórico cuyo
fin no sea otro que sumir a los pueblos en la ignorancia y de paso a sus
más ilustres e ingenuos personajes.
Lastima, claro está, por aquellos que todavía viven ilusionados
con lo que se denomina superficialmente "el pensamiento bolivariano
de la unidad latinoamericana", por eso de de que Bolívar quería
la unidad de los pueblos y llevar acabo una guerra de liberación
que acabe con el domino español ( y de paso con la unidad ya existente),
para entregarnos a la voluntad de caudillos militares (ayer igual que
hoy), y que los patrioteros tanto admiran y recomiendan seguir, una teoría
CUYO VALOR ha sido eminentemente rebatido por los hechos históricos
posteriores. Lea su pensamiento sobre el imperio británico y verá
quienes eran los amigos del general Bolívar. Tal parece que con
su ir y venir en cuestión de alternativas político militares
(Bolívar admiraba a Napoleón, el carnicero de Europa), al
final de sus días, Bolívar no tenía ni idea del monstruo
que había despertado y murió soñando con un "príncipe
o virrey" que salve "su obra" para la historia. Tamaña
contradicción para un libertador!
Señor Samper Pizano, sepa que por acá en estas tierras,
no creemos en ese cuento de la pureza del caudillo y del héroe,
pues tal hecho no corresponde a ninguna verdad histórica comprobable.
Por ejemplo y como le decía, después de leer con detenimiento
algunos apartes de las cartas donde mi amigo el historiador, entendí
muy bien, pues lo puede leer de puño y letra de Bolívar,
que Centroamérica fue "entregada", "regalada"
si se quiere, pues el mismo Bolívar, veía con buenos ojos
la política global del gran imperio británico y para entonces
ya entendía la importancia de un canal que una los dos mares y
que los británicos ya tenían como meta construir. Esto esta
en sus cartas y cualquiera puede también leerlo.
Claro un "guerrero" como el libertador se supone que era, tenía
que gustarle a los nacidos del caudillismo militar y si no pues había
que hacer que le guste a quien no conoce más que la violencia,
pues esto conviene a los que detentan el poder. Por eso es que en su lugar
yo no pondría la historia de los caudillos militares delante de
la de los pueblos. Se corre el peligro de caer en el vicio de la idolatría
de hombres grandes y poderosos, que aparentemente sean llamados a ser
los conductores de los pueblos y que a la hora de la verdad no lo son
y no los hay. Y en este caso yo no puedo esgrimir la espada o la pluma,
aún con buenas intenciones y en forma de un comentario adicional
personal, contra el pueblo pastuso del pasado, poniendo en tela de juicio
sin argumentos su orientación en la guerra de liberación
(de que y de quien y para quien?) para defender al héroe reciclado
de nuestros libros de historia. El Bolívar de las novelas y tele-bo-velas
y del romántico ideario y del idealismo neogranadino es un héroe
que no fue y que no hubo.
En todo caso, los indios, los mestizos, los blancos y todo el mundo en
esta región estaba con los realistas, eran realistas y hasta estaban
emparentados con ellos. Estoy en desacuerdo que en aquel entonces "estuviéramos"
contra la corriente que se supone representaba lo bueno, el progreso o
algo por el estilo, pues Bolívar no representaba para aquel entonces
otra cosa diferente que un cambio de dueño sobre las tierras y
las campanas de las iglesias, por otro que no tuvo compasión con
los que se le pusieran en el camino, así fueran niños o
mujeres, etc., y eso lo sabe UD. Esto se lo puede leer en libros de historia
editados en otros países y no en Colombia.
Yo pienso que los
pastusos le han anotado más de un gol a la historia, solo que la
mayoría sabe muy poco de historia. Pues creen o están convencidos
que la historia la escriben los poderosos, los bondadosos, los caudillos,
los escritores románticos, los blancos, los de apellidos ilustres
y se la encuentra en los libros oficiales. La voz impersonal de la historia
va ligada al destino de los pueblos, y estos son a muy a menudo atropellados
por héroes románticos montados en sus falsos rocinantes,
que al final resulta ser una maquinaria bélica, como en el caso
el matón de Sucre al igual que el mismísimo Bolívar.
Cerca del lugar donde vivo hay una estatua de Bolívar, a la cual
le falta la espada que alguien se robó mostrando con el acto que
no le intimida la simbología ni admira el pequeño general.
Yo diría que hay que iniciar una campaña para desmitificar
a los héroes, pues estamos faltándole a la verdad, le estamos
faltando a los pueblos, igual que por generaciones se ha dado por irrespetar
al pueblo pastuso y nariñense en general. No se olvide que anteriormente
la lucha se hacía cuerpo a cuerpo y el cuerpo siempre lo ha puesto
el soldado y los generales siempre han mirado desde lejos el campo de
batalla.
Por otro lado, lo del Pasto es algo que realmente nos emociona muchísimo,
pero aún así, en honor a la verdad, la guerra paraco-militar-guerillera
(aquí se le conoce como el triangulo de las bermudas), el atraso,
la pobreza, el olvido, la nueva carretera entra Quito y Bogota, que no
pasará por Pasto, la invasión de dineros mal habidos y su
economía ficticia, el excesivo centralismo, especialmente el centralismo
que es un cáncer en sí, nos agobian y no nos dejan vivir
en paz y crecer y nos mantienen al margen, hoy como antes y finalmente
relativiza nuestra alegría.
Una ultima cosa Señor Samper Pizano, nosotros no somos los exóticos
de Colombia. Toda Colombia lo es, por favor y con el debido respeto, no
nos haga tan diferentes. Estamos un poco más al sur nada más
y el sur es más extenso que Colombia.
De todo modos gracias por sus comentarios, son honestos, paisano pastuso
por un día y por todos los días que desee! Yo me siento
orgulloso de serlo, UD. también puede estarlo, con confianza, de
al menos por un día serlo, si UD así lo quiere!
Cordialmente,
Manuel Palacios Latorre
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